El huevo no sólo es fantástico, quizás es también, el ingrediente más popular en las cocinas alrededor del mundo, ya que puede presentarse como platillo principal, guarnición o ingrediente esencial para cocinar otras preparaciones
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Hoy en día cuando escuchamos la palabra “huevo”, pensamos de inmediato en los derivados de las gallinas que cuentan con muchísimas propiedades nutrimentales, proteínas, yodo, fósforo, ácido grasos monoinsaturados, la tan apreciada vitamina D, esencial para la absorción de calcio.
En Food & Wine en español te presentamos tres técnicas básicas para aprovechar los blanquillos en el desayuno, el brunch o la comida.
La regla 3-6-9
Huevo pasado en agua, mollet y duro son tres opciones para prepararlo y disfrutar en el desayuno o a la hora que quieras, que nadie te diga a qué hora comer huevo. Primero es necesario que los huevos se encuentren a temperatura ambiente, esto permitirá que la cocción sea más rápida. En una olla lo suficientemente profunda hierve el agua necesaria para que cubra los huevos; agrega un poco de vinagre para ayudar a que la clara no se disperse si llega a romperse la cáscara y una vez suelte el hervor sólo tienes que decidir cómo quieres cocinarlos.
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Pasados por agua
Coloca los huevos con cuidado y una vez que vuelva a hervir el agua cuenta tres minutos. Retira del agua y con un cuchillo o un Eierschalensollbruchstellenverursacher, retira la parte superior de la cáscara; disfruta acompañado con pan de centeno, agrega sal y un poco de aceite de oliva.
Mollet y duro
El procedimiento es el mismo, pero debes esperar al menos 6 minutos para el huevo mollet que tendrá una clara medianamente firme, suave y la yema algo líquida y tersa; cocina durante 9 minutos para el huevo duro, esto permitirá que la clara y la yema sean mucho más firmes. En ambos casos colócalos en un tazón con agua fría, para cortar la cocción antes de servirlos.
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Huevos pochados o escalfados
Los huevos benedictinos son sumamente populares en el brunch o el desayuno y un huevo pochado bien hecho es crucial para esta receta. Para lograr huevos pochados perfectos necesitas agua y vinagre, tres cucharadas son suficientes para coagular la clara y evitar que se disperse por el agua.
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Mezcla el agua con el vinagre y permite que hierva, mientras tanto, casca un huevo en un tazón o ramequin. Una vez hierva el agua, reduce el fuego al mínimo y con una cuchara forma un remolino. Coloca el huevo cuidadosamente al centro del remolino y permite que la clara se cueza durante tres minutos, retira con una espumadera y coloca en agua fría para cortar la cocción.
Bonus: claras montadas
Las claras montadas son un ingrediente clave dentro de la historia de la gastronomía mundial. Desde hace siglos la variedad de recetas dulces o saladas posibles a través del uso de esta técnica es enorme. Otorga una textura esponjosa y ligera ideal para capeados, rellenos, mousses, soufflés, bizcochos y merengues.
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La albúmina o clara es básicamente un conjunto de proteínas, sales minerales y agua. Una de sus características principales, además de ser incolora e insípida, es la firmeza que adquiere al cocerla o atrapando burbujas de aire en su interior al batirla.
Para obtener unas claras montadas impecables no es necesario agregar sal o limón, siempre y cuando lo hagamos con cuidado, técnica y entendimiento científico. Antes de empezar, las claras deben estar libres de impurezas, aceite, yema, etc. Retira la chalaza, que es ese filamento que mantiene la yema en su lugar, así quedará una batido mucho más homogéneo.
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La técnica es sencilla. Bate vigorosamente con un movimiento circular, y de forma vertical, digamos de atrás para adelante hasta alcanzar “picos” que no caigan del batidor y no se deformen.
La variedad de opciones en las que podemos utilizar el huevo son innumerables, aventúrate a descubrir más formas y recetas que este producto tiene para ofrecer.
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