
Para Daniel Ovadía, en esta ciudad israelí la comida y la religión van de la mano tanto como el pasado con la modernidad. Un movimiento que este chef atestigua al menos una vez al año.La cocina abierta del restaurante Machneyuda es uno de los lugares favoritos de Ovadía en este destino.
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Jerusalén es una ciudad que lo contiene todo: lenguas, religiones, un pasado presente y un futuro pujante y vanguardista. Es una ciudad que no para, dice Daniel Ovadía sobre este destino al que regresa al menos una vez al año desde hace diez años. Un lugar al que vuelve para tocar base con sus raíces, para perderse entre pasadizos y shuks de la ciudad vieja o para buscar la inspiración y las referencias para el menú de su restaurante Merkavá en la colonia Condesa de la Ciudad de México.Lo que pasa en la religión, lo que pasa en la cultura, se traduce a la cocina cuenta Ovadía sobre su experiencia. La cocina de Israel, la de Jerusalén, está llena de cocinas viajeras, cocinas que han llegado en los últimos años con la vuelta de judíos a Tierra Santa, añade. Este crisol cultural puede entenderse en un simple plato de hummus: una guarnición de garbanzo al que se le añaden diferentes toppings para darle un toque armenio, musulmán, judío o cristiano, las cuatro tradiciones que dividen los barrios de la ciudad vieja.