Ubicada en las tranquilas llanuras de la región de Emilia-Romagna, a tan solo 20 minutos del centro de Módena, Casa Maria Luigia se erige como un oasis donde la naturaleza, el arte y la alta gastronomía convergen para ofrecer una experiencia única. Este antiguo hogar familiar, ahora transformado en un exclusivo alojamiento, es el proyecto personal de Lara Gilmore y su célebre esposo, Massimo Bottura, quienes han creado un espacio que evoca la calidez del hogar sin sacrificar la elegancia.
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Con sus 12 habitaciones rodeadas de campos de maíz y árboles frutales, Casa Maria Luigia invita a los huéspedes a disfrutar de la serenidad del campo, sin renunciar a los placeres del lujo moderno. El lugar ofrece una piscina, una cancha de tenis y un huerto, brindando múltiples oportunidades para relajarse y conectarse con la naturaleza.
La casa, adquirida en 2017 y abierta al público en 2019, ha sido decorada con el estilo personal de sus propietarios, como si aún fuera su propio hogar. Cada rincón refleja su pasión por el arte, la música y, por supuesto, la gastronomía. El arte es una constante, desde las esculturas que adornan el jardín hasta la colección privada de arte contemporáneo que decora los espacios interiores.
Los visitantes pueden disfrutar de un menú degustación en el restaurante principal, que antiguamente era el cobertizo de carruajes de la finca. Aquí se sirven los platos icónicos que hicieron famosa a la Osteria Francescana, ofreciendo una reinterpretación de la tradición culinaria de Módena en un entorno íntimo y acogedor. Además, el desayuno, si el tiempo lo permite, se sirve en la terraza, ofreciendo la oportunidad de comenzar el día rodeado de belleza natural.
La experiencia en Casa Maria Luigia no se limita a la gastronomía. En el pequeño cuarto de música, los huéspedes pueden escuchar la colección privada de vinilos de Massimo, descansando en un sofá mientras la música inunda el ambiente. Para los amantes del licor, una sala especial alberga una selección de grappas, amaretto y otros destilados artesanales, ideal para disfrutar de una conversación tranquila entre desconocidos que, con suerte, pronto serán amigos.
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Uno de los tesoros ocultos de Casa Maria Luigia es la colección privada de autos italianos, entre los que se encuentran joyas como Ferrari, Maserati y Lamborghini. Acceder a esta muestra exclusiva requiere solicitar una tarjeta especial en la recepción, que permitirá a los afortunados recorrer el garaje donde arte, velocidad y diseño se fusionan.
El encanto de Casa Maria Luigia se extiende también a su huerto y viñedo, donde se cultivan las uvas para la producción de vinagre balsámico, el tesoro líquido de Emilia-Romagna. Aquí, los carteles de Joseph Beuys, icónica figura del arte conceptual, sirven de guardianes simbólicos del entorno natural, mientras que en la entrada un provocador homenaje al sueño americano, realizado por un artista estadounidense, da la bienvenida con una sonrisa irónica.
Cada detalle, desde la colección de autos hasta la huerta de la propiedad, está cuidadosamente diseñado para crear un ambiente en el que los huéspedes puedan desconectar y reconectar con lo esencial: la belleza en todas sus formas.
El arte en Casa Maria Luigia forma parte del paisaje, transmitiendo un mensaje auténtico y sin reverencia, como el letrero de Tracy Emin en la recepción que dice: “Red, White and Fucking Blue”, una declaración de que las cosas inesperadas pueden suceder.
Los huéspedes son alentados a explorar la propiedad, encontrando oportunidades inesperadas para conocer a otros, compartir conversaciones y crear nuevos recuerdos duraderos. Bottura, Gilmore y su equipo han diseñado una experiencia continua en la que los huéspedes pueden descubrir el arte, interactuar con el personal y sentirse libres para explorar la cocina o cualquier espacio, como si estuvieran en casa.
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El Desayuno de Casa Maria Luigia: Un Homenaje a la Tradición y los Orígenes
El desayuno en Casa Maria Luigia, inspirado en las raíces campesinas de Emilia-Romagna, es una experiencia que transporta a los huéspedes a la infancia de Massimo Bottura. Con recuerdos de los desayunos navideños que preparaba su abuela, Massimo ha decidido compartir ese legado culinario, transformando cada mañana en una celebración de la tradición y los sabores de su región.
El desayuno ofrece una selección de dos frittatas fritas: una con cebolla dulce caramelizada y la otra con espinacas y hongos porcini, ingredientes que evocan la frescura de los campos italianos. También se sirve una torta herbazone, típica de Emilia, hecha con espinacas, lardo y queso Robiola, una combinación que refleja la rusticidad y sencillez de la cocina emiliana.
En honor a los orígenes norteamericanos de Lara, la esposa de Massimo, y de Jessica Rosval, la chef canadiense, se incluye un delicioso rollo de canela, que aporta un toque internacional al menú. Junto a este, el Parmigiano Reggiano de 36 meses de la casa, un queso icónico de la región.
Uno de los platos más representativos de Emilia es el gnocco fritto, una masa frita y ligera que se sirve acompañada de mortadela, ricota montada y un toque de vinagre balsámico. Este plato, simple pero profundamente ligado a la región, es una delicia que fusiona texturas y sabores.
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Entre las dulces opciones del desayuno, destaca un homenaje a la Osteria Francescana: el prepostre “Da Modena a Mirandola”, una galleta crocante a base de almendras, servida con zabaglione y vinagre balsámico añejo.
Para los amantes de los productos frescos, el desayuno incluye miel producida en las colmenas del propio jardín de Casa Maria Luigia, donde más de un millón de abejas trabajan para crear un manjar natural. También hay una selección de mermeladas, y dos tipos de focaccia: una simple y otra dulce, servida con ricota, miel y nueces.
En el rincón de la salud, los comensales pueden disfrutar de yogur fresco, fruta y granola, una opción ligera y revitalizante. Y para los más golosos, cookies con chispas de chocolate, una dulce tentación que completa este variado festín.
Casa Maria Luigia
Stradello Bonaghino, 56, 41126 Modena MO, Italia
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