Si alguien les hubiera dicho a los cineastas Ivonne Fuentes e Iván Ávila que su sueño de hacer vino “por y para los amigos” se convertiría en realidad, quizá hubieran pensado que estaban atrapados en un guion de esas películas que suelen hacer por vocación. Pero los años les enseñaron que no es así, que su vino El Perro Raro lleva una década “ladrando” alto y fuerte desde el Valle de Guadalupe hasta las mesas de todo aquel que se deja seducir por su sabor y por sus ojitos móviles que nunca faltan en sus etiquetas y que se colocan a mano en cada botella.
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Un encuentro de casualidades
La historia de este singular vino de producción limitada (apenas 2000 botellas por año) fue producto de múltiples casualidades; la primera, el encuentro de Ivonne e Iván con “La Escuelita” que el enólogo Hugo D’Acosta fundó en el Valle de Guadalupe para promover el oficio de la vinicultura y la aceituna, y donde aprendieron a producir vino de manera artesanal.
La segunda casualidad fue la que inspiró el nombre y etiqueta de su marca: El Perro Raro, una descripción literal de la curiosa fotografía en blanco y negro de un pastor australiano con un moño de tela y ojos saltones movibles que compraron en el mercado de La Lagunilla.
Un vino artesanal y exclusivo para los amigos
El primer año de su producción hicieron escasas 300 botellas de Merlot que repartieron entre amigos del mundo cinematográfico… quizá por eso lo consideraban el vino de los cineastas. Desde entonces, decidieron que la base de su caldo sería Cabernet Sauvignon proveniente del mismo viñedo, mientras que la uva para el blend cambiaría según la oferta de los diferentes microproductores de la región.
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Las mezclas las dirige el enólogo Sergio Heras, quien perfiló la línea para hacerla distinta a la que abunda en el Valle (con vinos cargados de mineralidad y densidad) y le dio la ligereza y la frescura para que se antoje tomarlo a cualquier hora del día.
Este año y para celebrar sus primera década, El Perro Raro hizo sinergia con Colectivo Amasijo, un grupo de mujeres cocineras e investigadoras que estudian el origen de ingredientes autóctonos y las redes afectivas que los envuelven, y creó una cena maridaje de 4 tiempos y una cata de copas raras de tres etiquetas de añadas especiales, que los interesados podrán degustar el 20 de agosto en Seminario 12 (una casa de finales del siglo XVII construida sobre lo que alguna vez fue el centro ceremonial de Tezcatlipoca) con una vista envidiable de la Catedral y el Templo Mayor. ¿Te lo vas a perder?
¿Dónde? Casa Seminario: Seminario 12, Centro, CDMX.
¿Cuándo? 20 de agosto de 2022
Reservas: A través de Instagram y Facebook de El Perro Raro o al 5531331361.
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