Atrás quedaron los días en los que la única alternativa a la leche era la leche de soya. En el pasillo de leches del supermercado han comenzado a aparecer de coco, arroz, nueces y por supuesto leche de almendras. Sin embargo, la mejor opción siempre será preparar tu propia versión casera.
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Si eres fan de las leches de nueces —pero te parecen muy caras las del súper, o no te gusta que vengan endulzadas— podrás hacerlas en tu casa y el resultado será más cremoso y sabroso que en de las tiendas. El proceso para hacer leche de almendras es más sencillo de lo que pensarías, básicamente se trata de dejar remojando almendras crudas en agua durante al menos una noche y hasta por dos días.


9 Beneficios de la leche de almendras:
- Las versiones caseras de leche de almendras no poseen aditivos ni conservadores.
- Aporta una buena cantidad de diferentes nutrientes como vitaminas A, B, D y E, proteínas, omega 6, magnesio, zinc, calcio, hierro y potasio.
- La leche de almendras no contiene lactosa, gluten ni colesterol.
- Sus nutrientes ayudan a mejorar la salud del corazón.
- Es muy baja en calorías, sobre todo comparada con otras leches, por lo que es muy buena opción para las personas que siguen una dieta para perder peso.
- Ayuda a reducir los niveles de colesterol malo y previenen enfermedades cardiovasculares.
- Sus vitaminas refuerzan uñas y el cabello.
- Gracias a las vitaminas y antioxidantes que aporta, es ideal para mantener en buen estado la piel, la hidrata y le da una apariencia más joven.
- Protege la pared de los intestinos, regulando las funciones gástricas.
Es importante señalar que como cualquier otro producto, la leche de almendras en exceso puede tener efectos adversos a la salud. Si quieres añadirla a tu dieta regularmente, consulta a tu especialista.
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Aprende a prepararla:
- 1 taza de almendras
- 3 tazas de agua, y un poco más para remojar
- Miel al gusto (para endulzar si quieres)
- Manto del cielo (tela que usan para hacer queso)
- Licuadora
Ingredientes
Utensilios
- En un recipiente, coloca 1 taza de almendras y agrega agua hasta que las cubra. Tapa con una tela y deja reposar por al menos una noche o hasta 2 días (mientras más tiempo se remoje, la consistencia será más cremosa).
- Escurre las almendras —que se sentirán un poco esponjosas— y enjuágalas con agua fría. Tira el agua que utilizaste para remojar.
- En la licuadora, agrega las almendras enjuagadas y añade las otras 2 tazas de agua y la miel si gustas endulzarla. Licúa a máxima potencia por unos 2 minutos o hasta que las almendras sean casi una pasta y el agua se vea blanca y opaca.
- Coloca la manta del cielo en sobre una taza medidora y vierte la mezcla de almendras sobre la tela. Haz una especie de bulto con la tela y aplica presión para que la leche escurra. Con las manos limpias, aprieta y tuerce el bulto hasta que salga todo el líquido posible.
- Refrigera durante una hora antes de tomarlo. Es recomendable consumirla en los 2 días siguientes a su preparación