Moonbass Lounge, el nuevo bar de vinilos de Polanco

El pasado 3 de abril, la vida nocturna de la Ciudad de México inició cuenta regresiva y arrancó hacia nuevas alturas con la inauguración de Moonbass Lounge, un exclusivo bar orbitando en el piso 25 del icónico hotel W MEXICO CITY.

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Inspirado en la energía mística de la Luna y el espíritu rebelde de la cultura underground, este nuevo punto de encuentro aterrizó directamente en el radar de los apasionados de la escena nocturna como una referencia ineludible de la mixología de vanguardia y las experiencias sensoriales que desafían la gravedad.

Moonbass Lounge es una cápsula íntima suspendida entre las estrellas, donde la música en vinilo marcó la trayectoria de una noche inaugural de alto vuelo. Con una curaduría musical, los asistentes abordaron un viaje sonoro, mientras degustaban cócteles honestos y un menú distinguido. El diseño del lugar rindió tributo a la estética de aquellas clásicas fiestas caseras, pero con una atmósfera envolvente digna de una estación lunar: misterio, elegancia y sofisticación en cada rincón.

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La carta de mixología presenta creaciones únicas como el Wallbanger Milk Punch, una fusión de gin, Galiano, Campari, cítricos y un delicado toque lácteo, o el Isla Grande Ice Tea, que reinterpreta el clásico Long Island con una mezcla audaz de mezcal, tequila blanco y té de la casa. Destacan también el Moon Martini, con vodka, licor de coco y vermut bianco, y el místico Luna en el Mar, donde las raíces del mezcal espadín se entrelazan con Amaro Averna y Frangelico para evocar los sabores profundos del océano.

La propuesta gastronómica, cuidadosamente curada, está compuesta por platillos diseñados para compartir y disfrutar con la misma atención al detalle. Desde el delicado jamón ibérico de bellota hasta creaciones vegetales como el sashimi de sandía con soya, pepino y ajonjolí, la carta ofrece opciones ligeras, sofisticadas y llenas de carácter. Para los más atrevidos, destacan el salmón trufado con caviar, la tártara de res crujiente con rábano picante y limón real, y el original camarón Moonbass envuelto en hoja de arroz y acompañado de chile fermentado y ovas de salmón.

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El final dulce no decepciona: el terrón negro con chocolate 70% y sal de gusano ofrece un guiño intrigante al sabor mexicano con un giro contemporáneo, mientras que el macarrón de queso de oveja y frambuesa con carbón activado redondea la experiencia con una presentación tan inesperada como deliciosa. Cada elemento del menú ha sido concebido para complementar la narrativa de Moonbass Lounge: una travesía entre la Tierra y la Luna, donde la música, el arte y la gastronomía se encuentran en perfecta armonía.

Pero eso no es todo, el arte también brilló con intensidad. La obra del artista mexicano Alejandro Glatt, el primero en exponer en la superficie lunar, añadió una dimensión sensorial y poética a la experiencia. Su instalación, que representa la armonía de los cuatro elementos —agua, aire, tierra y fuego— tanto en la Tierra como en el espacio, invitó a huéspedes como visitantes a interactuar y dejarse llevar por una corriente emocional colectiva.