La verdadera sofisticación no está en la complejidad, sino en la calidad de los ingredientes y el balance perfecto entre sabores. Este principio, que define la cocina toscana, es también el corazón de la gastronomía mexicana. Ahora, con la llegada de Ruffino a La Castellana, esta conexión entre ambas tradiciones cobra nueva vida en la mesa.
¿Cómo descifrar las palabras de moda en el mundo del vino?
“Las cocinas italiana y mexicana son diferentes, pero comparten algo fundamental: el respeto por los ingredientes frescos y la sencillez bien ejecutada. Un taco con carne asada de calidad, al igual que una pasta tradicional toscana, puede elevarse con el maridaje adecuado.”, explica Christian Bottegal, Sommelier y Director Comercial de Ruffino.
Desde hace más de 150 años, Ruffino ha sido un emblema del vino toscano de alta gama, con etiquetas icónicas como el Chianti Clásico, el Brunello Di Montalcino y los Supertoscanos. Ahora, esta tradición se expande en México de la mano de La Castellana, ofreciendo a los amantes del vino una selección que encarna la elegancia y el carácter de la Toscana.
Más allá de la exclusividad, Ruffino busca crear experiencias a través del maridaje. La gastronomía mexicana, con su riqueza de texturas y sabores, se encuentra con los vinos italianos en una combinación inesperada pero perfecta.
“Si se eligen bien los ingredientes y se equilibra el picante, los vinos toscanos pueden maridar increíblemente con la cocina mexicana. Un Chianti Clásico con tacos de carne asada o un Brunello Di Montalcino con un mole bien estructurado pueden ser experiencias únicas”, explica Christian Bottegal.
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Además de sus vinos tintos de prestigio, Ruffino también produce en el Véneto vinos espumosos que pueden armonizar con platillos más ligeros o especiados, ampliando las posibilidades de maridaje con la cocina mexicana.
La alianza con La Castellana no sólo traerá al mercado una gama de vinos premium, sino que también buscará promover la cultura del vino italiano en México a través de catas y experiencias gastronómicas.
“Desde hace más de 100 años, Ruffino ha llevado el espíritu de la Toscana a distintos rincones del mundo. México es un país con una gastronomía vibrante y una tradición de compartir similar a la nuestra. Beber vino es un acto de disfrute y de conexión. En Italia, una botella se abre en familia, con amigos, en momentos importantes. Lo más valioso del vino no es sólo su sabor, sino con quién lo compartes.”
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Con esta llegada, Ruffino invita a descubrir que la sencillez bien ejecutada es el verdadero lujo y que el maridaje perfecto no siempre está en lo más elaborado, sino en el balance de los ingredientes y la calidad del vino que los acompaña.
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