Ya sea para preparar tu comida o solo calentarla, la estufa se enciende a diario al menos un par de veces, lo que implica un gasto de gas, pero por suerte para ti y tu bolsillo existen algunos trucos que te ayudarán a ahorrarlo.
Realiza una buena limpieza. Así no solo ayudarás a que tu cocina luzca impecable, también puedes revisar que los quemadores estén libres de obstrucciones, como grasa y hollín, que muchas veces ocasionan una mala combustión y un mayor uso de gas. Basta con utilizar una toalla húmeda para limpiar los quemadores y su alrededor.
Presta atención a los aromas. Por ningún motivo debe haber en tu cocina un olor recurrente a gas, por más ligero que este sea, lo más seguro es que sea un indicio de fuga. Para ello consulta a un especialista técnico que te ayude a repararlo.
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Revisa la llama. Asegúrate de que sea azul, si ves que es de un tono amarillo significa que el proceso de combustión del gas está siendo incorrecto y necesitas la visita de un técnico en casa.
Utiliza los recipientes adecuados. El consumo de gas también depende del tamaño y materia de las ollas y sartenes que utilizas para cocinar. Por ejemplo, el barro y el hierro suelen gastar mayor cantidad, así que se recomienda usarlo solo cuando la preparación de tu receta de verdad lo requiera. La mejor opción son los utensilios de acero inoxidable y los de cerámica, ambos son buenos conductores de calor y por lo tanto aceleran el proceso de preparación y reducen el gasto. Otro buen consejo para reducir el gasto de gas es elegir utensilios que sean planos en el fondo, esto también mejora la conducción del calor.
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Tamaño de los utensilios. Se sugiere aquellos que sean del mismo tamaño o más grandes que el quemador, pero no más pequeños. Así te aseguras de que lo cubran totalmente y evitas que las llamas se escapen por los lados.
Utiliza tapas. Así tendrás una cocción mucho más rápida ahorrando tiempo y gas. Además, esto te ayuda a mejorar la concentración y aromas de los ingredientes.
Anticipa los ingredientes. Evita perder tiempo picando todo al momento que ya tienes prendida la estufa, revisa bien tu receta y coloca todos los ingredientes en una mise-en-place.
Controla la temperatura. Una buena opción para ahorrar gas es aprender a regular el calor, lo mejor es comenzar con una temperatura alta y poco a poco irla bajando. Lo mejor es reducirla justo cuando comienzan a hervir e incluso es posible apagarla al final para que terminen de cocinarse con el calor residual del recipiente.
Ahora que conoces estos trucos para ahorrar gas es momento de ponerlos a prueba en tu propia cocina, te prometemos que no te arrepentirás.
