Vestido de rosa —mexicano, chispeante y todavía con olor a novedad—, Madereros es el nuevo restaurante de barrio en la San Miguel Chapultepec —esa colonia privilegiada, entre caserones, galerías de arte que encara al bosque de Chapultepec— y es también el emprendimiento más reciente del chef Mario Espinosa, a quien seguramente recuerdan por su trabajo en restaurantes como Bésame Mucho, K’uu’k y el hotel Rosas & Xocolate en Yucatán.
El ahumado está presente en (casi) todos los platos de este restaurante, es un acento, a veces marcado, a veces sutil, que funciona como el hilo conductor de la entrada al postre —como unas peras y ciruelas a la brasa con crema de rancho—.
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A pesar de que el core del menú está en la brasa, y una pieza de picaña es parte de la propuesta, resistamos a la tentación de catalogar a Madereros como un restaurante de cortes o un restaurante de altos vuelos.
Con menos pretensiones, la cocina goza de la libertad de la indefinición, una en la que caben desayunos con sándwiches de albóndigas y almuerzos con ensaladas de berros —una montaña de hojas verdes, bañada en una vinagreta que tiene la acidez y la sal al punto—, pastas —el best seller es para los fans del tuétano— y platos de mar, como los camarones a la parrilla con papas y huevo, una combinación tan golosa como ganadora.
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General Antonio León 72 A, San Miguel Chapultepec, CDMX.
IG: @madereros.mx
