Querétaro se ha destacado en los últimos años por el incremento del turismo que disfruta el vino y el queso, de hecho, es una de las atracciones turísticas más importantes del estado hoy en día. Lo que no pensamos al hablar de esta dupla favorita, es en la generación de residuos industriales, sin embargo, para nuestra buena fortuna, es grato saber que se están llevando a cabo innovaciones para darles un mejor uso.
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Así es, investigadores del Instituto de Ingeniería de la Unidad de Juriquilla perteneciente a la Universidad Nacional Autónoma de México, están aprovechando los desechos industriales para generar hidrógeno y metano, dos biocombustibles gaseosos útiles para producir electricidad.
Encabezado por Germán Buitrón Méndez, el equipo de académicos emplea el jugo y las cáscaras de las uvas, así como el suero y la leche, provenientes de los productores de vino y queso de Querétaro. Estos desechos vinícolas son recolectados durante la vendimia (de junio a noviembre) en las zonas donde están concentradas las bodegas y viñedos del estado, mientras que los lácteos se extraen durante todo el año.
Una vez recolectados los residuos son llevados al laboratorio del Instituto de Ingeniería, donde se procesan con microorganismos en varios reactores y una planta piloto en una acción en serie para producir los biocombustibles gaseosos.
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Por el momento, el objetivo del proyecto es utilizar dichos biocombustibles dentro de la misma industria del vino y el queso en Querétaro, sin la necesidad de tener que transportarlos, para darles un mejor uso y lograr que las diferentes bodegas y ranchos se conviertan en productores autosuficientes.