Surquillo es cercano en distancia de los distritos limeños que lideran por la calidad y cantidad de sus propuestas gastronómicas -Miraflores, Barranco y San Isidro- pero se aproxima también a estos como polo gastronómico local, con la apertura de nuevos restaurantes que están dando de qué hablar en la capital peruana.
En este distrito La Pincantería fue uno de las propuestas más aclamadas y sigue consolidándose entre las cevicherías. Se trata de un restaurante fundado en 2013 por Héctor Solís -hijo del creador del restaurante chiclayano Fiesta- y que revivió la tradición de las picanterías locales, donde los clientes comparten en una fuente diferentes guisos, normalmente con sello marino. En este local el comensal decide qué pescado se quiere comer para posteriormente escoger su preparación: ceviche, sudado, a la parrilla, entre estas.
Dentro de la oferta de comida criolla local en el distrito resalta sin duda Cumpa Taberna Criolla, un establecimiento fundado por Renzo Miñán. También con sello norteño, esta taberna con sus platos busca hacer remontar a los comensales a las casa de sus abuelas, abuelos, madrinas y tíos y “todo aquello que nos lleva a la Lima y el norte clásicos”. En sus entrantes reina con diferencia el ceviche mientras que entre los fondos sobresalen platos tradicionales criollos como el arroz con pato y el ají de gallina.
Liderado por Sebastián Vega -Best New Chef de Perú-, Piedra sorprende a sus comensales con un menú flexible, que conocen solo al llegar a su establecimiento. Según el restaurante, se trata de vivir una experiencia guiada por el chef de principio a fin donde se les presentará qué es lo mejor que tiene para ofrecer cada día en un menú pensado para compartir.
“Cada bocado es un homenaje al mar, con notas cítricas y picantes que realzan su inigualable sabor”. Así introduce su concepto Hayaq, chef Renato López, una de las incorporaciones más recientes al distrito y cuyo nombre significa picante en quechua. En este restaurante los pescados y los ajíes son los principales protagonistas -el ceviche adopta múltiples versiones en su carta- y cada ingrediente cuenta una historia.
La propuesta gastronómica de Surquillo suma nuevas propuestas también más allá de la gastronomía marina y criolla local y la cafetería británica The Gay Baker es un claro ejemplo de ello. Este establecimiento, cuya primera sede estaba ubicada en Lince, traslada a sus visitantes al Reino Unido con su tradicional decoración, sus tés y cafés y tradicionales postres como la tarta Bakewell, los scones o el pastel de chocolate y galletas.
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