
Lo más nuevo de Carles Abellán recupera la propuesta informal de Tapas 24 con una suerte de bar evolucionado, y con la genialidad de situarlo en el mismo local, un espacio que otrora ocupara el mítico José Luis.
La ciudad de Barcelona no fue nunca templo de bares de tapas. Si acaso había en La Barceloneta, ese barrio costero al que Barcelona daba la espalda. También había dispersos en un extrarradio con mayoría de inmigración española, y unos pocos en la zona alta, donde el pijerío se reunía, como el Mandri o el Tejada.

La explosión que vivió la capital catalana antes, durante y tras las olimpiadas de 1992, se propició la proliferación de bares de tapas y raciones en zonas nobles y céntricas. En los 2000, cocineros de renombre comenzaron a rendir pleitesía al concepto bar, y pocos lo hicieron tan bien como Carles Abellán abriendo en 2006 el exitoso Tapas 24.
Con Bar Vint-i-Quatre, el chef barcelonés no solo rinde honor a su antiguo local informal. También logra que el chaflán situado en la confluencia de la avenida Diagonal con la calle Tuset vuelva a brillar. Además, hace un guiño a su antiguo bar, ya que Vint-i-Quatre en catalán significa 24.
No se puede negar que Vint-i-Quatre es barcelonés
El público, la decoración y el ambiente en general rezuman barcelonismo por los cuatro costados, con ese estilo cosmopolita y de querencia por lo bello que la ciudad lleva por bandera. Se mezclan clientes de distintas edades, hay hombres y mujeres por igual, cierto público burgués y otro relajado y urbano, conformando un microcosmos a imagen de la urbe.

Los comensales hablan animados, sin resultar estridente, ni alcanzar un molesto bullicio. Las caras se ven sonrientes. Ya sea por los mensajes escritos en las paredes y espejos. Así reza uno: “El exceso de alcohol es perjudicial para tus secretos”, provocando en mí una semisonrisa por la ironía.
Confortable para muchos, comida de hogar para otros
Me reconozco en los segundos, y sé de buena fuente que es comida confortable para otros. En Vint-i-Quatre no hay plato malo. Lo peor que puedo decir es que me gusta todo tanto, que me cuesta decidir la comanda.
Pido croquetas de pollo rustido, que tan difíciles son de encontrar fuera de Cataluña. Hoy en día son unas croquetas a contracorriente: la besamel no tiene en ellas protagonismo alguno, y el relleno es sustancioso.

No falta una coca de Folgueroles con tomate y aceite servida por sugerencia de la casa, y que que acabo comiendo sin rubor. El biquini de jamón ibérico, mozzarella y trufa termina cayendo, aunque sea una versión diferente a la del sándwich original de jamón dulce y queso popularizado por la antaño sala Bikini, hoy reconvertida en discoteca.
Palabras mayores son las setas de temporada con la yema de huevo de Calaf, unos exclusivos huevos de payés muy conocidos en Catalunya. Creo que medio bar está tomando ese plato con la cara iluminada.

Unas alcachofas del Prat al horno con jamón ibérico y vinagreta de piñones ponen una nota verde que, a estas alturas de la comida se agradece.
Cuando ya solo pienso en el gimnasio, llegan los canelones. Por supuesto, abro la boca, y no para quejarme. Son un imperdible.
Como supongo que lo son el fricandó, los macarrones del cardenal de pasta fresca y gratinados con parmesano o las albóndigas de la abuela con salsa de tomate fresco y patatas crujientes. El probarlos queda para otra ocasión.
Las icónicas fresas con nata d’en Carles me quitan de mi ensimismamiento y me vuelven a llevar al cielo.

En Bar Vint-i-Quatre hay una oferta para cada momento del día
Vint-i-Quatre abre desde la 8:30 h de la mañana con esmorzars de forquilla (suculentos desayunos que se comen con tenedor), continúa con los aperitivos donde no faltan clásicos como anchoas, pincho de tortilla al estilo de Donosti, gildas, ostras francesas y una larga retahíla de platillos para abrir boca, y dan almuerzos y cenas donde el comensal sale siempre satisfecho.

Buena carta de vinos (algunos de zonas cercanas que les embotellan en exclusiva y ‘etiquetan’ con rotulador permanente) y una apetecible propuesta de coctelería como oferta líquida.
Un consejo: no vayas al baño con auriculares, te perderías una buena sonrisa…
Bar Vint-i-Quatre
Avinguda Diagonal, 520, 08006 Barcelona
T+34 938 58 93 29
Horario: del lunes a viernes, de 8:30 a 00:00 horas; sábados y domingos, de 9 a 00:00 horas.
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