Sabores patrios, un viaje que definió a México
Jeremy Chris, Pinterest

La noche del 15 de septiembre, en la que Miguel Hidalgo y Costilla llamó al pueblo de Dolores a levantarse en armas contra la opresión española, no solo inició el proceso de liberación de los nativos mesoamericanos de la dominación extranjera, sino que también marcó un punto de inflexión que redefinió aspectos culturales, sociales y gastronómicos. Ingredientes como el maíz, el frijol, la calabaza y el chile se combinaron con productos y técnicas de cocción traídos de Europa, dando vida a platillos que hoy en día, aunque reinventados y modernizados, son un puente entre el pasado y el presente, un símbolo de identidad, resistencia, unidad nacional y legado familiar.

Por eso, para celebrar la Independencia de México, te compartimos algunos de los platillos más representativos que, con sus ricos sabores y profundas tradiciones, te harán gritar ‘¡Viva México!’ a todo pulmón durante este mes patrio.

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Chiles en Nogada

Icónico platillo originado en Puebla, se dice que fue creado por monjas agustinas en honor a Agustín de Iturbide en 1821, tras la firma de los Tratados de Córdoba, que consolidaron la independencia de México. Los colores del plato verde del chile poblano, blanco de la nogada y rojo de la granada representan la bandera mexicana, simbolizando la unión de las diferentes facetas del país en un solo plato. Actualmente, los chiles en nogada han pasado de ser un platillo exclusivo de temporada ya que sus ingredientes se cosechaban entre julio y septiembre a uno que puede encontrarse en muchas cocinas a lo largo del año. En algunos restaurantes gourmet, se ha experimentado con versiones vegetarianas o con ingredientes más accesibles, adaptando la tradición a nuevas técnicas culinarias sin perder la esencia de su historia.

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Se dice que el Chile en Nogada fue creado por monjas agustinas en honor a Agustín de Iturbide en 1821 | Foto: Mamás Latinas, Pinterest

Mole poblano

Originario del estado de Puebla, el mole poblano es uno de los platillos más emblemáticos de la cocina mexicana. Aunque algunos de sus ingredientes, como los chiles y el cacao, tienen raíces en la cocina indígena precolombina, el mole tal como lo conocemos hoy surgió en el periodo colonial. Se cree que fue creado por monjas del Convento de Santa Rosa en el siglo XVII como un regalo para un virrey español. Este platillo combina ingredientes nativos como los chiles (ancho, mulato y pasilla) con productos traídos de Europa, como las especias y el cacao, lo que simboliza la fusión de culturas durante la colonia. El mole se caracteriza por su complejidad, con más de 20 ingredientes en su receta tradicional. Aunque originalmente fue concebido como un platillo ceremonial, con el tiempo, ha sido reinterpretado en diferentes regiones y familias, dando lugar a variedades como el mole negro o el mole verde.

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Algunos de los ingredientes del chile poblano tienen raíces en la cocina indígena precolombina | Foto: Feasting at Home, Pinterest

Pozole

Elaborado tradicionalmente con carne de cerdo y maíz procesado, el pozole tiene orígenes aztecas. Algunos expertos indican que era consumido desde antes de la conquista por el emperador Moctezuma, quien disfrutaba de este platillo ofrendándolo al dios Xipe Tótec, señor de la fertilidad y la regeneración del maíz y la guerra. Originalmente se preparaba con carne humana en la época de las tribus indígenas en Mesoamérica, pero tras la Conquista, se comenzó a usar cerdo. Hoy en día, se cocina a fuego lento, se sazona con una combinación de hierbas y especias, y se sirve con lechuga picada, cebolla, chile, orégano y limón. Asimismo, los colores de la bandera mexicana también se reflejan en este alimento: el pozole verde, originario de Guerrero, obtiene su color gracias a ingredientes como los tomates verdes, epazote y pepita de calabaza. El pozole blanco, elaborado con maíz cacahuazintle y cabeza de cerdo, es el más tradicional, destacando por su sencillez. Por su parte, el pozole rojo, típico de Jalisco, adquiere su tono característico con la adición de chile ancho y chile guajillo, lo que le otorga su sabor distintivo y su vibrante color rojizo.

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Expertos indican que el pozole era consumido por el emperador Moctezuma, como ofrenda al dios Xipe Tótec | Foto: Maricruz Ávalos, Pinterest

Tamales

Elemento esencial en las celebraciones patrias, los tamales se llevan a cabo con masa de maíz obtenida mediante la nixtamalización. Sin embargo, con la introducción de la manteca de cerdo, algunos tamaleros omitieron este proceso ya que la masa se volvía más suave y fácil de trabajar. Los tamales se rellenan con ingredientes como carne de cerdo, pollo, salsas o incluso versiones dulces, dependiendo de la región; y se envuelven en hojas de maíz o plátano para cocerse al vapor. Este platillo prehispánico, preparado originalmente para ceremonias especiales, toma su nombre del náhuatl tamalli, que significa “comida envuelta”. Aunque su origen exacto no está claro, se sabe que su preparación se remonta al 7000 a.C. En la actualidad, algunos chefs innovadores han introducido versiones gourmet con rellenos de pato confitado o mole, combinando tradición y modernidad.

Los tamales son un platillo prehispánico, preparado originalmente para ceremonias especiales | Foto: Greedy Gourmet, Pinterest

Tostadas de Pata

Las tostadas, especialmente las de pata (pata de cerdo), son un clásico en las fiestas patrias. Este platillo consiste en una tostada crujiente con una base de frijoles, pata de cerdo en escabeche preparada con vinagre, agua y especias, y acompañado con crema, queso, lechuga, aguacate y salsa picosa. Según la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, las tostadas se remontan a la época prehispánica, cuando se dejaban las tortillas al fuego hasta que quedaban rígidas y crujientes, para luego servirse con frijoles y chile. Se dice que este alimento fue perfeccionado durante la Conquista, cuando los españoles introdujeron nuevas técnicas de cocción que influyeron en su preparación.

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Según la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, las tostadas se remontan a la época prehispánica | Foto: Cocina con Alegría, Pinterest

Un legado en cada platillo

La gastronomía mexicana es mucho más que un reflejo de su diversidad culinaria; es un testimonio vivo de su historia, cultura y tradiciones. Platillos como los chiles en nogada, el mole poblano, el pozole, los tamales y las tostadas de pata no son sólo recetas, sino también representaciones de la fusión de culturas y épocas a lo largo de los siglos. Desde la riqueza de los ingredientes prehispánicos hasta las técnicas traídas durante la Conquista, estos alimentos simbolizan la identidad nacional y el orgullo de una nación, además de unir a generaciones a través del legado familiar que los mexicanos han preservado desde aquella noche donde comenzó su independencia. 

Y para ti, ¿cuál de estos cinco platillos es el que mejor representa el sabor de México?

Sigue al autor: @gerardovilbe

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