De Monterrey a la CDMX: diálogos a fuego lento entre Pangea y Galea

Entre las preseas mas valoradas de la industria y una visión compartida de la gastronomía, los restaurantes Galea y Pangea cuecen a fuego lento una relación de admiración y amistad. Una tarde de 2024, Guillermo González Beristáin, fundador de Grupo Pangea, y Eduardo Morali, chef al mando del icónico restaurante regiomontano, eligieron la esquina entre Medellín y Sinaloa para probar el dinamismo culinario de la Ciudad de México. En las entrañas de la colonia Roma, descubrieron una dupla que marcaría su experiencia: Rafael Zaga y Michelle Catarata, el tándem detrás de Galea.

“Rafa no estaba y ni siquiera tuvimos oportunidad de saludarnos, pero me gustó muchísimo todo lo que probamos. Tienen una vibra muy peculiar y nada contaminada; aquí no hay platos que se parezcan a los de otros lados. Son puristas, auténticos y con una visión muy clara”, recuerda Guillermo González Beristáin.

Galea I Foto: cortesía

De la Roma a Monterrey la amistad se cocina entre fogones

La conversación entre Pangea y Galea continuó meses después, cuando Michelle y Rafa visitaron Monterrey por primera vez. Fue en el tercer aniversario de Café Laurel, donde cocinaron junto al chef Víctor Toriz de Gaba, antes de sentarse a la mesa de los seis proyectos de Grupo Pangea.



“Rafa hizo una pasta con cangrejo y Michelle un postre espectacular. Desde esa visita nos hicimos amigos. Acepté sin dudar cuando nos invitaron a cocinar, a pesar de que no he hecho un solo evento fuera de Monterrey en 2025 porque quiero concentrarme en Pangea”, relata Guillermo.

Para Michelle Catarata, reconocida como Mejor Repostera de México 2024 por Culinaria Mexicana y CANIRAC, la experiencia fue reveladora: “sabía que Guillermo y Eduardo son leyendas gastronómicas, pero descubrir Monterrey guiada por ellos fue impresionante. El nivel de hospitalidad en sus proyectos –Pangea, Bardot, Libertad, Chino Latino, Café Laurel Arboleda y Café Laurel Armida– está fuera de este mundo”.

Para Rafa Zaga, uno de los mayores aprendizajes junto a Beristáin y Morali fue la constancia. “A pesar de todo su reconocimiento, no descansan en sus laureles. Siguen avanzando, marcando camino. Son un ejemplo de que en la cocina nunca se deja de aprender ni de trabajar”, enfatiza. 

Michelle Catarata y Rafael Zaga I Foto: cortesía Galea

La Ciudad de México según Guillermo González Beristáin

Entre las calles asfaltadas por el bullicio de una ciudad cada vez más cosmopolita, Guillermo y Lalo regresaron con los primeros vientos de otoño para continuar la conversación suspendida en sus fogones y con cada línea y cada ingrediente, descifrar la veloz vorágine que transforma a la Ciudad de México. 

“La ciudad vive un gran momento, en parte por la migración que ha transformado su escena gastronómica. Pero a veces pareciera que algunos lugares cocinan para el turista, no para el local y eso desvirtúa la experiencia porque la oferta gastronómica y de vinos se vuelve igual que en Dinamarca, en Estados Unidos o en cualquier paìs europeo. En cambio en Galea se defiende la comida italiana con producto mexicano y no han caído en introducir chiles y moles para atraer al turismo extranjero, han sido muy puristas”, reflexiona Guillermo.

Antes de su colaboración en Galea, los chefs disfrutaron de una cena como comensales, dejando fluir las pastas, el vino y la conversación.

Viví una de las mejores cenas en mucho tiempo. Probé una fritura italiana servida por Michelle, quien además nos compartió la receta. Ese gesto de generosidad no tiene precio”.- Guillermo González Beristáin.

Guillermo Gonzlez Beristin para Food and Wine
Guillermo González Beristáin I Foto: archivo

Encuentro entre fuegos 

En la cocina de Galea, el equipo de Pangea y la dupla anfitriona dieron vida a un menú que reflejó su esencia compartida. Entre tostadas de callo, ravioles de langosta y una espectacular pesca zarandeada, los chefs tejieron una conversación de ingredientes, técnicas y pasiones.

“Hicimos un plato con macadamias de Tabasco, nuestra interpretación de un pipián blanco con chile muero y piquín, acompañado de pescado a la brasa y escamoles. Ese es el espíritu de Pangea: libertad creativa sin fronteras”, explica Guillermo. “Creíamos que teníamos atención al detalle, pero su disciplina y método de trabajo nos sorprendieron. Han marcado la industria con elegancia e inteligencia”, agrega Rafa. 

Pesca zarandeada y escamoles I Foto: NAYELI ESTRADA

Entre los pocos metros cuadrados que caracterizan la cocina de la esquina de Sinaloa y Medellín el encuentro generacional marcado por la admiración mutua se hizo tangible frente al fuego, dejando a los comensales y a los consagrados chefs de la cocina sampetrina un extraordinario sabor de boca. 

“Es imprescindible que todo el mundo se siente a la mesa en Galea, para mi ha sido uno de esos grandes secretos guardados y un lugar que merece mucho más reconocimiento y esa es una de las razones por las que Lalo y yo no dudamos en venir, los admiramos muchísimo y me encanta la filosofía que hay en este lugar.

Rafa y Mich están frente a una competencia brutal en el mercado de la Ciudad de México. La cantidad de talento que hay por metro cuadrado en esta Ciudad es equiparable a metrópolis como Nueva York o París pero creo que es esa misma condición la que te hace ser mucho más disciplinado y buscar la perfección y sobrevivir”, concluye Guillermo. 

Galea

Sinaloa 67, Roma Norte, Ciudad de México

@galea.restaurante

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