Pureza al plato

En la cocina, como en la naturaleza, el tiempo y la experiencia entregan diamantes. En una celebración del origen y siglos de purificación natural entre minerales ancestrales, la chef Fabiola Escobosa, al frente de los fogones de CANA, y Mercedes Bernal, cofundadora de Meroma, confeccionaron un menú colaborativo de seis tiempos.

Evian, el agua que nace entre los Alpes franceses y se filtra durante 15 años, hace eco en la cocina de Fabiola Escobosa, la primera embajadora de la marca en México y Latinoamérica. No pudo haber mejor escenario para esta unión que la suma de filosofías entre CANA y Meroma.

“CANA es un bistró sin etiquetas, donde puedes encontrar productos locales y siempre frescos”, dice Fabiola. “Me siento muy contenta de ser la primera embajadora de evian. Esta colaboración se alinea con nuestros valores: el respeto por el origen, la pureza y el producto en su mejor versión”.



CANA I FOTO: CORTESIA

El ritual del agua

En las mesas de servicio especializado, el primer gesto de hospitalidad suele ser ofrecer agua; sin embargo, para Fabiola, recibir a sus comensales con un vaso de agua de mayor pureza, más que un protocolo, es un mensaje sutil de lo que implica su filosofía detrás del fuego.

Es lo primero que servimos, el agua es nuestro primer contacto con los comensales. Me gusta que sea un momento importante pero sutil, y evian resuena mucho con eso”, enfatiza Fabiola.

El respeto por los procesos naturales, el tiempo y la baja intervención son el punto de unión entre la visión culinaria de Mercedes, Fabiola y la marca francesa.

Me gusta comprar ingredientes ricos, intervenir poco y dejar que hablen por sí solos. La pureza de evian conecta con mi filosofía en la cocina: tarda 15 años en filtrarse… es un proceso extremadamente especial el que recorre hasta llegar a la mesa”, puntualiza Fabiola.

Cosechar el momento, servir la temporada

En el menú, la temporada dictó la narrativa. Una transición sutil —del final de la temporada de los hongos de lluvia al inicio de la mandarina— que ambas chefs convirtieron en un manifiesto comestible.

“Fabiola es una chef que admiro muchísimo. Su perfil de sabores se parece mucho al mío”, detalla Mercedes. “Valoramos lo mismo: la frescura, los ingredientes en su punto, las temporadas. Fue fácil crear un menú que se acentuara entre sí, como una progresión natural de platos.

De esta experiencia me quedo con la esencia de valorar el producto en su momento y hacer el esfuerzo de buscar lo mejor. Fabiola también lo hace”, enfatiza Bernal.

ALCACHOFAS FRITAS Y PAN DE YUCA I FOTO: CORTESÍA

Elegancia moldeada por el terruño

En el desfile de ingredientes, brillaron platos clásicos de ambas casas: las alcachofas fritas de Meroma, el pan de yuca de CANA, un crudo de atún, ensaladas y postres que inauguraron el otoño con perfiles cítricos. Todo acompañado —sutil pero presente— por evian y su versión sparkling.

“Soy muy fan de la Sparkling Water. Tiene una burbuja elegante y delicada que va muy bien con nuestra propuesta gastronómica”, destaca Fabiola.

Más allá del agua, la noche del 23 de septiembre fue una celebración del tiempo compartido, de la amistad, de cocinas inspiradas en el paisaje y de trabajar con quienes entienden el poder esencial de la naturaleza.

“Estoy muy emocionada porque esta colaboración es con una gran amiga que admiro muchísimo, y resuena con lo que representa evian. Trabajamos un menú divertido, fácil de lograr y muy conectado con los principios de la marca”, concluye Escobosa.

EVIAN SPARKLING I FOTO: CORTESÍA

La cocina, como la lluvia que nutre la tierra y el agua que cruza las rocas alpinas, sabe esperar. Esta cena fue un recordatorio de que la pureza requiere tiempo, pero entrega tesoros que solo la experiencia, la naturaleza y el respeto por el origen son capaces de confeccionar.

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