Cada experiencia gastronómica debe de ser diferente para que siembre huella en la memoria: hay catas a ciegas de vinos en las que nunca se pueden diferenciar las uvas, existen degustaciones de menús donde se analiza ingrediente por ingrediente del plato y no hay nada nuevo que descubrir, también hay ejercicios de audio y comida donde uno se marea con facilidad y espacios donde los músicos frente a un plato o la bebida te aburren al escuchar a herederos de la somnolencia musical con interpretaciones al estilo Kenny G.
También puedes leer: Glenfiddich in the sky, una experiencia de whisky en las alturas
En cada una de esas experiencias prevalecen sentimientos que en su momento uno calla para no lesionar al acompañante o para no hacer sentir mal a los organizadores, que en su limitada creatividad solo abrumaban y no emocionaban. El miedo al ridículo y la incomodidad ante el desconocimiento hacia reír a muchos asistentes en cada uno de esos eventos, mientras que los organizadores sonreían pensando que habían logrado un éxito más. Pero en la mayoría de estos casos no fue así.
Asistir con poca fe a las experiencias diseñadas por marcas se ha vuelto parte de la predisposición del asistente en muchos eventos, hasta que hace unos días se develó la primera actividad positiva diseñada para clientes dentro de una casa en Anatole France 114, llamada La Gifting Experience House.
También puedes leer: ¿Por qué los mejores restaurantes del mundo están volviendo a la gastronomía sostenible?
En la invitación abren la oportunidad de ir acompañado entre el 23 de noviembre al 22 de diciembre. Ellos te dejan escoger día y hora en la que participarías en cualquiera de los tres salones diseñados para conocer y saber más de los productos participantes. Es por ello que elegir buena compañía, excelente día y una hora nocturna es ideal para no distraerte con el veloz tiempo que luego arruina los pocos momentos de distracción en esta ciudad.
En el primer salón, la experiencia te hacia elaborar tu propio blend con whisky, aprendiendo de maltas y del proceso de elaboración. El nombre de la actividad se llama Make your blend con Chivas Regal 18. El segundo salón va de la mano del chef Miguel Sánchez Navarro quien diseño un menú de cinco tiempos para maridar con un tequila llamado Avión Reserva. En el salón denominado Apartament 47 la base de la experiencia es seguir una serie de pistas para aprender los componentes que integran un cóctel y descubrir así la magia del sabor de la ginebra Monkey 47.
También puedes leer: Puerto de Indias, el primer gin de fresa, ya llegó a México
En esta experiencia las risas son todo y el gran placer de encontrar pistas para así construir una bebida hace de esta búsqueda la experiencia divertida donde los asistentes corren dentro del salón, tratando de encontrar las claves que ayudarían a preparar una buena bebida. De la mano de una simpática barista se elabora paso a paso una bebida, logrando disfrutar la narrativa y la acción esta experiencia diseñada por la marca Pernod Ricard.
En la casona también se pensó en dar un impulso al comercio de la ciudad, fomentando la venta en el salón de diversos productos elaborados por jóvenes empresarios mexicanos, lo cual genera un ambiente jovial de mercado de alto nivel. En el salón principal, lleno de vida con amigos y clientes de la marca, se disfruta de una experiencia diferente a lo que están acostumbrados los amantes de este tipo de eventos. La iluminación la llevan con elegancia hacia el disfrute pleno y el tiempo con excelente banda sonora te atrapa sin que te des cuenta. El esfuerzo de los creativos de este espacio deja un antecedente positivo, razón por la cual se anota un diez aquel que logró integrar las emociones a la marca dejando huella en la memoria del asistente.
Síguenos en: Facebook / Twitter / Instagram / TikTok / Pinterest
