El gastrónomo y chef francés, Antoin Carême, alguna vez afirmó: “las bellas artes son cinco: la pintura, la escultura, la poesía, la música y la arquitectura, cuya principal rama es la masa”. Con ello no queda otra cosa más que decir, y es que la gastronomía es arte. Si hablamos estrictamente de que involucra técnica, un proceso creativo y finalmente una ejecución. Pero todavía más allá, es también estética, basta con ver los diferentes estilos de emplatados, Bottura lleva esto literalmente a la máxima expresión. La cocina también es una expresión del tiempo, es una representación de la cultura en que se erige, es testimonio histórico de la época en que nace; hay desde platillos que representan a la clase burguesa parisina de los años 1,700, hasta la que es reflejo de la sociedad trabajadora.
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Un platillo provoca (y evoca) también emociones, no por nada el término comfort food. Múltiples han sido los momentos en que el arte y la gastronomía se han encontrado, demostrando así su relación intrínseca como expresiones socioculturales. A continuación te presentamos algunos ejemplos:
Andy Warhol y su icónica lata de sopa
Perteneciente al llamado pop art nacido en los años 50, en donde las representaciones artísticas de la comida chatarra ganaron fuerza debido a que se trató de una oleada de artistas que hablaban sobre el consumismo, la producción en masa y sus consecuencias en la vida cotidiana. Warhol decidió usar una lata de Sopa Campbells que se volvería en uno de sus indiscutibles íconos, y que para él era un símbolo de su infancia, pues se trataba de un alimento común para una familia de inmigrantes eslavos de escasos recursos.
Diego Rivera y el ingrediente ancestral mexicano
Si alguien se especializaba en retratar a la sociedad mexicana en sus múltiples facetas así como elementos de la mexicanidad, ese era Diego Rivera. Y un elemento constante en sus pinturas fue el maíz, símbolo de la tierra y de un ingrediente cuya riqueza solo tiene lugar en México, tomándolo Diego incluso como el gran aporte del país hacia el mundo. Siempre ligado a las clases trabajadoras, campesinas, para Rivera el maíz incluso era símbolo de resistencia.
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Dalí y los suntuosos banquetes
Un personaje enigmático, Dalí siempre fue calificado por el exceso, mismo que llevó a la gastronomía. El surrealismo de Dalí y la cocina se encontraron en múltiples ocasiones, simbolizando ambos la concepción del mundo que el pintor había formado, misma que se materializó en su libro Les Diners de Gala, en donde plasmó diferentes pinturas surrealistas de platillos que eran servidos en los banquetes que ofrecía con su esposa Gala. Platillos que a la vez son testigo de la época en que ambos vivían y de la opulencia en que se desenvolvían también.
La cena como el común denominador
Una mesa con comida en el centro es distintiva de muchas pinturas, especialmente renacentistas, y para muestra más icónica de la pintura: La última cena. En ella se puede encontrar siempre el pan y el vino, cuyo significado todos conocemos, pero también ingredientes propios de la Pascua.
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Gastroescultura
Una vez más el pop art acapara las expresiones gastronómicas pero ahora llevadas a la escultura, utilizando diferentes materiales y técnicas para dar vida a diferentes platillos en tercera dimensión, teniendo a Claes Oldenburg como uno de los pioneros. Estas obras se caracterizaron por elegir elementos que simbolizan a la cultura de masas, representándolas siempre vibrantes, con tonos satíricos, exagerando en su composición.
La gastronomía en la literatura
Más allá de que la gastronomía haya incursionado en la literatura con libros dedicados a la cocina, recetarios o anecdotarios sobre la vida de un chef, la gastronomía ha sido plasmada en múltiples obras como símbolo de una sociedad, o representación del sentir de algún personaje principal, siempre dándole un papel preponderante en cuanto a la confirmación de la cultura. Un ejemplo indiscutible de esto es Como agua para chocolate de Laura Esquivel.
El séptimo arte
Finalmente, tenemos al cine, cuya relación con la gastronomía definitivamente nos da para un artículo aparte. Pero las representaciones son vastas, y no necesariamente la comida es protagonista, puede estar en segundo plano pero a la vez transmitiendo mensajes clave. ¿Quién no ha visto El Padrino? La pasta o el vino siempre están presente en momentos relevantes, e incluso algún persona nos da tips sobre cómo prepararla para obtener mejor sabor. Comer, rezar y amar, es otro gran ejemplo sobre cómo la gastronomía va más allá del plato.
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