Instagram ha cambiado por completo la forma en la que cualquiera con acceso a un celular se relaciona con la comida. Ahora, la gente va a un restaurante para tomar fotos y se mete a Instagram para comer con los ojos. Este tipo de cambios ha traído consigo toda una cultura fotográfica en la que si un platillo no es prácticamente perfecto, no merece pertenecer al feed de nadie, pero ¿qué pasaría si le perdiéramos el miedo a la demandante perfección estética y pensáramos la comida de forma más divertida?
Ana Lorenzana, siempre tuvo una cámara porque su mamá es artista, ella quería ser diseñadora de modas y se dio cuenta que podía enfocarse en eso a través de la fotografía. Desde hace 15 años ve el mundo a través de un lente y desde hace 5, se enfoca en fotografía de comida. Actualmente es editora de fotografía en nuestra revista y dice que fotografíar cualquier tipo de comida la hace inmensamente feliz.
En el curso, habrá por lo menos 7 sets de colores y texturas diferentes donde las personas van a poder tomarle fotos a platillos deliciosos realizados por nativa.cocina. La idea es aprender a hacer fotos divertidas, apetitosas y hasta artísticas estés donde estés; en tu cocina, en un buen restaurante o en un puesto de la calle.
Si están interesados en el curso, escriban a [email protected] para inscribirse.
Ana, de la mano de Cocina Nativa, quiere invitar a todos a los que les interese la fotografía de comida a un brunch, este sábado 30 de junio para platicar pero sobre todo para pensar la fotografía cotidiana de alimentos en diferentes situaciones.
En el curso, habrá por lo menos 7 sets de colores y texturas diferentes donde las personas van a poder tomarle fotos a platillos deliciosos realizados por nativa.cocina. La idea es aprender a hacer fotos divertidas, apetitosas y hasta artísticas estés donde estés; en tu cocina, en un buen restaurante o en un puesto de la calle.
Si están interesados en el curso, escriban a [email protected] para inscribirse.
