
Las técnicas tradicionales de cocción no sólo preservan la esencia de la gastronomía mexicana, sino que también constituyen un rico legado cultural transmitido de generación en generación, cuya continuidad es esencial para mantener viva la identidad culinaria de México frente a los desafíos de la modernidad y la globalización. Por ello, en Food & Wine en Español, te presentamos algunas de las técnicas más valiosas, todo con el fin de que sean compartidas y puestas en práctica.
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Nixtamalización
La nixtamalización término proveniente del náhuatl, de las palabras nextli (cenizas) y tamali (masa de maíz sin formar) es un proceso ancestral de transformación del maíz que ha sido fundamental en la alimentación de México desde tiempos prehispánicos. Considerada como uno de los pilares de la cocina mexicana, esta técnica consiste en cocer el maíz en agua con cal, lo que facilita la eliminación de la cáscara y, al mismo tiempo, mejora su valor nutricional. Este proceso es clave para la elaboración de tortillas, tamales y otros alimentos a base de maíz que forman parte de la dieta mexicana.
Aunque la técnica ha evolucionado y se ha adaptado a nuevas tecnologías, su esencia permanece intacta. Hoy en día, la harina nixtamalizada también se produce de manera industrial, y se estima que más de 300 productos alimenticios comunes en México dependen de ella. Con una producción anual que supera las 25 millones de toneladas, los principales estados productores son Sinaloa, Jalisco y el Estado de México.

La nixtamalización no sólo es importante por razones culinarias, sino también por su impacto en la salud. El maíz, al ser consumido sin pasar por este proceso, no es fácilmente digerido por el cuerpo, lo que podría generar problemas de salud si se consume en grandes cantidades. Gracias a la nixtamalización, se mejora la biodisponibilidad de nutrientes esenciales y se previenen enfermedades asociadas a una alimentación basada en maíz sin procesar. Así, esta técnica perdura como un método esencial para la elaboración de alimentos como las tortillas, el pozole y otros antojitos mexicanos.
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Uso del metate
El metate, un emblema de la conexión entre las técnicas ancestrales y la cultura culinaria mexicana, es una piedra rectangular con una superficie curva que ha sido utilizada durante siglos para moler ingredientes clave como el maíz, el cacao y los chiles. Acompañado por su “mano de moler” un rodillo hecho también de piedra volcánica, este utensilio ha sido indispensable en la cocina rural de México. Su nombre proviene del náhuatl métlatl, y se estima que su uso en el territorio mexicano data del Cenolítico Superior, entre el 7000 y 5000 a.C.

A pesar que la modernización introdujo nuevas herramientas, el metate es valorado en muchas comunidades por su capacidad para producir una molienda fina y uniforme, algo que las máquinas modernas no siempre logran con la misma precisión. Además, tanto antes como después de la conquista, fue fundamental en la economía, ya que se convirtió en el principal instrumento para procesar harinas, salsas, colorantes y otros productos. En épocas pasadas, era considerado como uno de los objetos más valiosos del hogar.
Asimismo, el metate ha tenido un profundo significado social en muchas culturas, pues su uso en la preparación de alimentos ha sido una actividad que une a familias y comunidades. Dependiendo de la región y la cultura, este instrumento varía en tamaño, forma y material. Algunos metates son pequeños y portátiles, mientras que otros son más grandes y pesados.
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Cocción en penca de maguey y barro
Otra técnica de gran relevancia en la gastronomía mexicana es la cocción en penca de maguey y barro, un método que ha perdurado desde tiempos ancestrales. Este proceso consiste en envolver los alimentos en las grandes y resistentes hojas de maguey, las cuales no solo sirven como una envoltura natural, sino que también aportan sabores y aromas únicos al platillo. Posteriormente, los alimentos envueltos son cocinados en hornos de tierra, donde conservan el calor de manera constante y permiten una cocción lenta y uniforme.

Este método tradicional, utilizado para preparar la barbacoa y el zacahuil, infunde a los alimentos una textura y sabor que las técnicas modernas difícilmente pueden replicar. Por otro lado, el uso de materiales naturales, como la penca de maguey, no sólo preserva el medio ambiente, sino que también honra las prácticas culinarias ancestrales. En muchas comunidades rurales, esta técnica es una parte fundamental de la cocina festiva, reuniendo a familias y amigos alrededor de un banquete que celebra tanto el sabor como la tradición.
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Más que técnicas culinarias
Si bien cada una de estas técnicas ha jugado un papel fundamental en la preservación de los sabores auténticos de la gastronomía tradicional, la nixtamalización, el uso del metate y la cocción en penca de maguey y barro son más que métodos culinarios; representan un vínculo con las raíces culturales de México.
De esta manera, te invitamos a mantener vivas estas prácticas, no sólo para salvaguardar la identidad culinaria de México, sino también para honrar el legado transmitido por generaciones en un mundo que avanza hacia la modernización.

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