Uno de mis primeros recuerdos es el de mi padre regresando a casa de la tienda de comestibles de nuestro vecindario en Phoenix, Arizona, con una pinta de lo que supuso era yogur natural y entero para que nuestra familia lo disfrutara junto con un guiso de carne y verduras. Después de abrir la tina en la mesa, los tres intercambiamos miradas de reojo: Esto no huele bien . Una vez que determinamos que no estaba caducado ni dañado de alguna manera, rápidamente nos dimos cuenta de lo que había sucedido: mi padre, suponiendo que las tiendas de comestibles estadounidenses (como las de Turquía, de donde somos) vendieran yogur sin sabor en grandes tarrinas blancas, que llenaba el pasillo de lácteos, había comprado yogur de vainilla. Rápidamente se convirtió en una broma corriente en nuestra familia, preguntarnos unos a otros si había sopa de yogur con sabor a vainilla en el menú.
El simple error de mi padre destacó cómo las diferentes cocinas interactúan con este ingrediente simple y fundamental, uno que Homa Dashtaki, fundador de los productos de yogur The White Moustache y autor de Yogurt & Whey: Recipes of an iraní Immigrant Life , llama “absolutamente exquisito”. Al igual que yo, Dashtaki creció disfrutando del yogur en forma salada, como salsa para verduras, arroz y lentejas. “Lo que creo que es tan fascinante es que en su forma más simple y completa, el yogur está lleno de posibilidades”, dice. “Ropio toda mi comida en él. Mi plato es un tercio de arroz, un tercio del guiso que sea y un tercio de yogur”.
Tener un buen bote de yogur en el refrigerador también pone un ingrediente superpoderoso al alcance de la mano. Gracias a su contenido de calcio, el yogur es un excelente adobo. En su libro sobre la ciencia de la cocina, CookWise, Shirley O. Corriher explica que el calcio del yogur activa las enzimas de la carne que la ablandan sin el riesgo de desnaturalizarla y endurecerla como lo hacen los adobos más ácidos, lo que la convierte en una excelente opción para un remojo largo y que realza el sabor para todo, desde pechuga de pavo hasta chuletas de cerdo. El mismo ácido láctico que le da al yogur su característico sabor suave también lo hace útil para hornear: cuando el yogur se combina con un ingrediente alcalino como el bicarbonato de sodio, la reacción que tiene lugar libera dióxido de carbono, lo que ayuda a dar lugar a pasteles y otros productos horneados.
Entonces, ¿qué no puede hacer el yogur? Desde unir una ensalada de zanahoria turca llamada Havuç Tarator hasta servir como base cremosa para una bebida refrescante hecha con cardamomo, cítricos y labneh, casi cualquier cosa. Únase a nosotros mientras exploramos las diferentes y deliciosas formas en que se utiliza el yogur en las cocinas de todo el mundo.
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Cinco formas sencillas de aprovechar al máximo tu próximo bote de yogur
Yogur Pudra Sekerli
Kanlıca, un pequeño pueblo del Bósforo en Turquía, es famoso por su yogur especialmente cremoso y delicioso, que normalmente se sirve cubierto con una cucharada (o dos, ¿quiénes somos nosotros para juzgar?) de esponjosa azúcar en polvo. No podría ser más fácil recrearlo en casa con yogur griego Cabot y combina muy bien con una taza de café turco.
Crema
La combinación de 2 tazas de yogur griego, 1 taza de azúcar en polvo y extracto de vainilla le da un toque picante al glaseado, perfecto para bizcochos y cupcakes.
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Aderezo para ensaladas
Batir el yogur natural en un tazón con perejil finamente picado, orégano, menta, jugo de limón, ajo rallado, sal y pimienta para darle vida a las verduras de su ensalada.
Ayran
Para esas tardes de verano en las que hace demasiado calor para siquiera pensar en cocinar, prepare una refrescante tanda de ayran turco. Este calmante para la sed se prepara agregando 2 tazas de agua helada, 1 taza de yogur natural y una pizca de sal a una licuadora y mezclando hasta que esté espumoso.
Mast-o Moosir
Este icónico condimento iraní requiere sólo tres ingredientes: yogur de leche entera, moosir seco en rodajas (chalotas persas secas) y una pizca de sal. Dashtaki recomienda remojar las chalotas secas durante al menos cuatro horas y refrigerarlas durante la noche, pero el tiempo activo necesario para preparar esta salsa es de menos de cinco minutos y dura un mes entero en el refrigerador. Úsalo como salsa o incluso rocíalo sobre la pizza.
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