Bocados deluxe
El lujo ama las contradicciones. Una de las últimas es que, tras un crecimiento ininterrumpido en los últimos diez años de un 10%, se enfrenta por primera vez a una crisis estructural: seguirá creciendo, pero sólo entre un 2% y un 5% anual, según un informe de The Boston Consulting Group (BGC) elaborado en colaboración […]
Por Javier Quesada
diciembre 18, 2017
Foto: Ana Lorenzana
El lujo ama las contradicciones. Una de las últimas es que, tras un crecimiento ininterrumpido en los últimos diez años de un 10%, se enfrenta por primera vez a una crisis estructural: seguirá creciendo, pero sólo entre un 2% y un 5% anual, según un informe de The Boston Consulting Group (BGC) elaborado en colaboración con AllianceBernstein.
La última paradoja de lujo es que frente a estas alarmantes noticias, que han hecho que grandes grupos como LVMH o Kering se aprieten el cinturón, existe un pujante mercado dentro de la industria del lujo global, el lujo gastronómico, que en los últimos años experimenta una nueva edad de oro. Un ejemplo: cuando el chef español Paco Roncero (dos estrellas Michelin) inauguró Sublimotion hace tres años en Ibiza, muchos vaticinaron que sería un fracaso debido al precio del menú, 1,650 euros, el más caro del mundo. Tres años después, ha anunciado que espera cerrar 2017 con un nuevo récord de comensales.
El dinero no es problema en el mercado del lujo gourmet y las fronteras, tampoco. El deseo viene alimentado por la rareza del producto más que por su sabor; es la escasez, más que la calidad, lo que dispara los precios. Los consumidores son connaisseurs que viajan, investigan e invierten para estar al tanto de lo último. ¿Qué buscan estos zahorís del lujo comestible? He aquí el Top Ten de lo más buscado.
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