Dentro de una casona porfiriana de 1914 que guarda el esplendor de la Colonia Roma compartiendo alma con la Cantina norteña El Tigre Silencioso y su profundo amor por la Baja, El Tigrillo renueva su carta con una oda a las burbujas sirviendo champagne -y otros espumosos invitados– con opción por copeo, y con un homenaje a los clásicos martini y negroni, explorando sus diferentes perfiles.
Bruma, un oasis en el Valle de Guadalupe
“Nos divertimos mucho creando las recetas, en esta barra hemos experimentado para encontrar grandes combinaciones que, sobre todo, hacen brillar el perfil de los vinos y destilados que utilizamos. Este es un concepto de apapacho donde queremos mostrar la profundidad detrás de elementos que pueden parecer simples, pero su historia y características los hacen muy complejos, como una copa de champagne”, cuenta Daniela D’Acosta, socia y directora de bebidas de El Tigrillo.
La nueva apuesta de el tigrillo es simple y elegante con opciones sin alcohol y un toque de Baja a partir de espumosos y vermuts creados por la familia D’ Acosta exclusivamente para servirse in situ.
Las burbujas
Un punto neurálgico de la nueva propuesta de El Tigrillo es su selección de champagne y su opción por copeo, una experiencia poco común en la ciudad. Con seis etiquetas disponibles por botella y una por copa, la carta recorre estilos secos —brut, extra brut y brut nature— provenientes de terroirs como Côte des Bar, Villers-Marmery y Mesnil-sur-Oger. Casas como Drappier, Rupert Leroy, A. Margaine y Aurore Casanova encabezan la lista.
Así se hace el Negroni más sofisticado: amargo, bonito y simplemente irresistible
El estilo clásico y el acervo de las burbujas que El Tigrillo pone sobre la barra no terminan ahí, ya que la apuesta por espumosos elaborados a partir de método tradicional que pasan de 20 a 42 meses reposando sobre lías- levaduras- que aportan a la complejidad de su textura, aroma y sabor; también contempla una sección de espumosos invitados que incluye Casa de Piedra, elaborado en terruños bajacalifornianos bajo la mítica firma enológica D’Acosta, un Crémant Auxerrois de Domaine Ansen , y un homenaje a la tierra española se las burbujas con Raventos i Blanc vinificado en Cataluña.
Los negronis
El trago clásico nacido en Florencia en 1919 se transforma aquí a fuerza de vermuts elaborados en la Baja por la familia D’Acosta a partir de recetas que incluyen hierbas nativas.
Somos ensenadenses, vengo de familia productora y hacemos vermuts desde hace ocho años para El Tigre Silencioso y para El Tigrillo exclusivamente con las hierbas de Baja California, que marcan una importante diferencia frente a los grandes vermuts de Cataluña”.- Daniela D’Acosta.
La carta incluye desde los esenciales Americano y Sbagliato -con pet-nat producido dentro de la bodega familiar -, hasta creaciones originales como el Cherrigroni, infusionado con jarabe de cerezas negras, y el Black, con cold brew.
Los martinis
A partir del mismo vermut de la Baja, se proponen versiones secas e infusionadas —como la que incorpora bergamota—, además del Dirty Martini de Alcaparrón con salmuera. La propuesta de El Tigrillo desafía los límites del clásico Martini con su propuesta con algas, hecho con sake, vodka, salmuera de kombu y wakame.
Para picar
En sintonía con el espíritu íntimo y desenfadado de El Tigrillo, en la barra acoge a sólo 12 personas, la propuesta gastronómica apuesta por un menú conciso que privilegia la calidad de cada bocado sobre la cantidad.
El platón de papas fritas, invita a jugar y montar tus propios bocados con ikura -hueva de salmón-, crema y cebollín fresco. La hamburguesa de wayu y la tostada de trucha destacan por sus ingredientes como opciones imperdibles de la carta.
David —que es mi hermano de toda la vida— y yo queríamos crear un bar divertido, con un concepto relajado que invite a jugar. No estamos inventando nada, simplemente queremos que la gente disfrute, se relaje y pase un buen rato”.-Daniela D’Acosta.
El Tigrillo
Colima 159-Local 2D, Roma Norte, Cuauhtémoc.
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