
Desde Copayà, “el lugar donde se esconde la luna”, en Tuxtla Gutiérrez, Suri cocina tradición y sororidad. Estos dos pilares la impulsaron a convertirse en la ganadora de la primera edición de Nueva Generación de Cocineras Tradicionales: puente de sabor y saber entre Francia y México, iniciativa de la asociación Marianne México.
Marianne México, cocineras tradicionales y legado gastronómico nacional
El proyecto tomó forma hace casi un año con la convocatoria de 125 guardianas de la cocina ancestral, apasionadas por sus ingredientes y comprometidas con preservar sus tradiciones. Esta celebración coincidió con el 15º aniversario de la inscripción de La cocina tradicional mexicana: una cultura comunitaria, ancestral y viva, paradigma de Michoacán en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO.

“Seleccionamos a diez finalistas que llevamos a la Escuela de Negocios del Tecnológico de Monterrey, donde recibieron asesorías y trabajaron en cocina junto con Nasheli Martínez, Mate Zorrilla, Ale Rendón e Isabela Dorantes. Luego vino una eliminatoria, y finalmente Suri resultó ganadora. Es una cocinera joven, creativa, con dominio técnico y profundo entendimiento del acto de cocinar como acto de compartir. Tiene un comedor turístico, pero también apoya a mamás solteras y mujeres en situación vulnerable. Desde el inicio fue el motor del intercambio cultural y gastronómico entre todas las participantes”, explica Paz Austin, miembro de Marianne México.
Marianne México y la Embajada de Francia juntos por la cocina tradicional mexicana
Este es un proyecto de mujeres, y trabajar juntas nos ha permitido alcanzar metas que solas serían imposibles”.- Suri Guzmán.
Desde el piso 40 del Sofitel Mexico City, con la ciudad a sus pies y acompañada por las chefs Mate Zorrilla y Karina Mejìa, Suri comandó una cena de gala con causa: recaudar fondos para su estancia en Francia durante la décima edición del festival ¡Qué Gusto!, que se celebrará en noviembre de 2025 en Dijon, ciudad de la gastronomía.

El menú incluyó un buñuelo de maíz con atún y aguacate, seguido de flores de calabaza rellenas de requesón capeadas. La estrella de la noche fue el ninguijuti, un platillo ceremonial preparado con espinazo de cerdo, chile bolita y tasehual —masa de maíz amarillo—. Cada tiempo fue maridado con vinos de terruños españoles y franceses de Cavas del Mundo, fundado por Bérangère Contreau.
“Estoy profundamente agradecida. Ha sido un camino difícil, pero me siento feliz de cumplir un sueño más. No tengo palabras para describir lo que significa llevar la cocina tradicional zoque a Francia. Este es un proyecto de mujeres, y trabajar juntas nos ha permitido alcanzar metas que solas serían imposibles”, concluye Suri.
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