
En pleno barrio de Chamberí, Bichopalo conquista nada más descubrirlo. No solo por la delicadeza de sus platos o la armonía cromática que despliega en cada emplatado, sino por la ambición gastronómica de su propuesta: alta cocina real, técnica depurada y sensibilidad estética a un precio que invita a repetir.
Los hermanos Pozuelo, alma y motor
El proyecto lo firman los hermanos Daniel y Guillermo Pozuelo. Daniel, al frente de los fogones, despliega una cocina personal, libre y extremadamente cuidada, heredera de grandes casas como DSTAgE o Arzak. Guillermo, en sala, aporta la atención precisa para que todo fluya con naturalidad. Juntos han creado un espacio donde cada comensal se siente cómodo, sin etiquetas ni rigideces.
El restaurante de Madrid galardonado por la Guía Michelin con torreznos muy especiales
Un menú degustación que enamora
Su menú degustación, con diez pases por 58 euros, es una rareza en la capital. No solo por el precio, sino por la calidad y coherencia de su recorrido. Desde el primer bocado queda claro que aquí no se improvisa: ingredientes nobles, combinaciones sorprendentes y una estética impecable hacen de cada plato un pequeño universo.
Se empieza con snacks como un bao frito o una Iwashi Gilda reinterpretada, y se avanza hacia creaciones más complejas, como el sunomono tibio de níscalos o un kubak de manitas a la madrileña que fusiona la cocina castiza con la sofisticación japonesa. Los sabores van del umami profundo al frescor vegetal, del dulzor tostado al ácido cítrico. Cada pase estimula un sentido distinto y provoca emoción. La sesión concluye con postres audaces, como el sésamo en texturas, donde lo dulce también se piensa con rigor y elegancia.

Espacio, ritmo y atención al detalle
Bichopalo es mucho más que una sucesión de platos bien pensados. El comedor, recientemente reformado, mantiene una atmósfera acogedora e informal donde todo está al servicio del disfrute. La cocina está a la vista, el ritmo es medido y el trato, cercano pero nunca invasivo. Ideal para una cena romántica o una velada especial sin caer en lo ostentoso.
Madrid, una ciudad sostenible en gastronomía
Sin artificios, con mucha alma
Uno de los mayores logros del restaurante es su capacidad de emocionar sin recurrir al efectismo. Aquí no hay fuegos artificiales: hay cocina sincera, que apuesta por el sabor antes que por la pose. Es una propuesta que no teme cambiar ni buscar nuevos caminos. Daniel Pozuelo ha sabido convertir cada servicio en una ocasión para desafiarse, manteniendo siempre el compromiso con la excelencia y el reconocimiento ha llegado en forma de clientela fiel, prensa especializada y una mención Bib Gourmand en la Guía Michelin. Pero el objetivo, según cuentan, no es la estrella, sino seguir haciendo lo que les gusta con la misma pasión. Y eso se nota.

Una joya real del panorama madrileño
Bichopalo es uno de esos restaurantes que justifican cruzar la ciudad o reservar con antelación. Un espacio donde la alta cocina se sirve con humildad, donde el detalle importa y donde cada plato deja huella. En un panorama gastronómico cada vez más homogéneo, esta pequeña gran casa brilla por su autenticidad. Cada plato, con su estética milimetrada y su composición equilibrada, es una pequeña obra de arte que se admira antes de saborearse.
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