Así es uno de los talleres de cocina más deseados de Colombia: las ‘Secret Sessions’ de Juanfer y Malu
En los talleres de 'Secret Sessions' las pastas se hacen desde cero. Foto: F&W en Español.

Las clases de cocina y las experiencias culinarias abundan en la escena gastronómica, pero hay algo irresistible en las Secret Sessions de Juan Fernando y María Lucía Valencia. Son informales pero meticulosas, íntimas pero virales. Y aunque nacieron en Bogotá, se han esparcido a Cartagena, Barranquilla, Medellín, Miami y hasta Madrid, con una simple pero poderosa idea: cocinar desde cero, rodeado de desconocidos -o amigos- y sentirse, por unas horas, parte de algo especial.

Juan Fernando y María Lucía, conocidos en redes como ‘Juanfer y Malú’, son dos hermanos cartageneros y administradores de empresas formados en el CESA que encontraron en la cocina su lenguaje común.

“Yo me enamoré de la cocina viendo videos y soñando con entrar a MasterChef Kids, aunque no sabía ni freír un huevo”, recuerda Juanfer entre risas. “Grabé un video con mi papá haciendo carbonara, salió fatal, y me dio tanta pena que me bloqueé durante años”.

La historia de su página comenzó como un juego. Fue Malú quien, aburrida en Bogotá, decidió crear una cuenta en Instagram para compartir su amor por la comida. “Subí una foto y puse: ‘Somos dos hermanos gorditos que aman la cocina’. A Juanfer casi le da algo”, dice.



Juan Fernando Valencia y María Lucía Valencia, cofundadores los talleres de cocina de ‘Secret Sessions’.

Hoy suman cientos de miles de seguidores entre TikTok e Instagram, y su comunidad trasciende el mundo digital: los asistentes a sus talleres forman parte de una comunidad privada en WhatsApp donde se comparten recetas, recomendaciones y fechas secretas de los próximos encuentros.

Pero su verdadera apuesta —la que agota cupos en minutos— son sus Secret Sessions: talleres donde los asistentes amasan pasta napolitana o elaboran pizza desde cero. “Nos dimos cuenta de que la gente estaba cansada de las clases de cocina tradicionales, con chefs que te hablan desde una tarima. Nosotros queríamos algo relajado, donde cocinar fuera una excusa para conectar”, explica Juanfer. Así nació la idea de alquilar Airbnbs, cargar con las máquinas de pasta y los delantales, y convertir cualquier espacio en una cocina efímera con aroma a trufa y parmesano.

En el taller de pasta, el menú incluye antipasti como la diavola speciale, sotto il tartufo y margherita, seguidos de platos frescos como tagliatelle grana padano e tartufo, ravioli alla vodka, y coronado por La Berta, una creación dulce de Malú, que pronto lanzará su propia marca de postres a domicilio. Durante la experiencia, los hermanos cocinan las entradas para los asistentes y ofrecen pequeñas degustaciones entre cada paso, mientras los participantes dan forma, textura y alma a su propia pasta.

En los talleres de ‘Secret Sessions’ las pastas se hacen desde cero. Foto: F&W en Español.
En los talleres de ‘Secret Sessions’ las pastas se hacen desde cero. Foto: F&W en Español.

Más que una clase, es un ritual. “Nos han pedido sesiones privadas para despedidas de soltero, cumpleaños, y hasta para pedir matrimonio”, cuenta Juanfer. “Nos emociona que nuestra cocina sea parte de esos momentos”.

A pesar del éxito, el proyecto sigue siendo profundamente personal. Juanfer ha hecho de las Secret Sessions su práctica profesional de grado, y ambos han invertido lo aprendido en la universidad para construir una marca que está lista para evolucionar. En 2025, reestructuraron su propuesta y crearon una página exclusiva para los talleres, además de lanzar un formato aún más ambicioso: una cena de siete tiempos al estilo omakase italiano. “Nos dejamos llevar por los ingredientes que van llegando de Italia. No hay menú fijo. Cocinamos lo que nos inspira”, dicen.

En una época en la que la autenticidad se siente más rara que el tartufo bianco, Juanfer y Malú han logrado construir un espacio cálido donde la comida es puente, no performance. “No vendemos solo cocina”, dice él. “Vendemos comunidad, emoción y una historia que seguimos escribiendo entre harina, vino y mucha risa”.