En el tapiz de las celebraciones de Semana Santa en España, los pestiños destacan como una deliciosa joya culinaria impregnada de historia y sabor. Estos pequeños dulces fritos, aromatizados con miel y especias, tienen raíces que se remontan a siglos atrás, cuando las culturas árabe y judía dejaron su huella en la península ibérica.
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La palabra “pestiño” deriva del término árabe “pástela”, que significa “pastelillo”, y su presencia en las mesas españolas durante la Semana Santa es un tributo a la rica herencia culinaria de la región.
Pestiños: influencias musulmanas, cristianas y judías
Los pestiños tienen una historia fascinante que refleja la diversidad cultural de España. Se cree que estos dulces tienen sus orígenes en la cocina de Al-Ándalus, durante el periodo de dominación musulmana en la península ibérica. En aquel entonces, los pestiños se elaboraban como un manjar para ocasiones especiales, como el Ramadán.
Con el tiempo, esta delicia encontró su camino hacia las festividades cristianas, particularmente durante la Semana Santa. Aún así, se cree que la receta que perdura hasta nuestros días tiene sus raíces en la interacción de las tres principales culturas que coexistieron en Andalucía: la cristiana, la judía y la musulmana.
Un dato curioso revela que hasta el siglo XVI, las masas para los pestiños se freían en manteca de cerdo, ya que el aceite estaba asociado con la alimentación prohibida para los judíos. Este detalle histórico ilustra la complejidad de las influencias culturales en la gastronomía.
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Los pestiños y su herencia romana
El trigo y el pan, elementos fundamentales en la elaboración de los pestiños, tienen sus raíces en la herencia romana, adoptada luego por el cristianismo como símbolo de la carne de Cristo.
Incluso en la antigua Roma, se consumían dulces similares durante las Saturnalias, festividades equiparables a nuestros carnavales. Estos pasteles fritos, conocidos como “frictilia”, eran un tributo al dios Sileno, fritos en manteca de cerdo y bañados en miel, marcando así un precedente en la historia de los dulces fritos.
Ingredientes para preparar los pestiños
*500 gramos de harina de trigo
*100 ml de aceite de oliva virgen extra
*100 ml de vino blanco
*100 ml de agua
*100 gramos de azúcar
*1 cucharadita de canela en polvo
*1 cucharadita de ralladura de naranja
*Aceite para freír
*Miel para cubrir
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Preparación paso a paso de los pestiños
1. Mezcla los Ingredientes secos: en un tazón grande, combina la harina, el azúcar, la canela en polvo y la ralladura de naranja. Mezcla bien estos ingredientes secos con una cuchara o un batidor.
2. Añade el aceite y el vino: agrega el aceite de oliva virgen extra y el vino blanco a la mezcla de ingredientes secos. Continúa mezclando hasta obtener una masa homogénea y suave.
3. Forma la masa: amasa en una superficie enharinada hasta que esté suave y maleable. Luego, forma una bola y déjala reposar durante unos 15-20 minutos.
4. Extiende la masa y corta los pestiños: divide la masa en porciones más pequeñas y extiéndela con un rodillo hasta que tenga un grosor de aproximadamente medio centímetro. Usa un cortador de pizza o un cuchillo para cortar la masa en formas rectangulares o romboidales.
5. Fríe los pestiños: calienta abundante aceite en una sartén a fuego medio-alto. Cuando el aceite esté caliente, fríe los pestiños en lotes hasta que estén dorados y crujientes por ambos lados. Esto debería tomar unos 2-3 minutos por cada lado.
6. Escurre y cubre con miel: una vez que los pestiños estén fritos, retíralos de la sartén y colócalos sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite. Luego, sumerge los pestiños en miel caliente, asegurándote de que estén completamente cubiertos.
7. Deja reposar y sirve: deja que los pestiños se enfríen y reposen durante unos minutos para que la miel se adhiera completamente. Luego, sírvelos en un plato y disfruta de este delicioso manjar de Semana Santa.
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