En defensa de las lager

Frente a otros estilos, como las IPA o las Stout, las cervezas rubias y ligeras de esta familia palidecen. Aquí los motivos para devolverles el color y su lugar en la mesa.

Explorar el mundo cervecero es como jugar con un boomerang. Todos volvemos al punto de partida. Empezamos probando lager ligeras y refrescantes, de ahí transitamos hacia cervezas que consideramos más interesantes, de sabores más intensos, como las India Pale Ale o las Stout y, cuando entendemos el proceso detrás de cada cerveza, volvemos a las lager.

Este patrón lo he visto repetirse durante más de 10 años. De las IPA nos conquista con facilidad el amargor y los aromas de lúpulo y de las Stout, los altos tostados y el cuerpo robusto. Llega un momento que las cervezas que buscan balance nos parecen aburridas, faltas de intensidad: hacemos menos a las maltas dulces de una Irish Red Ale, a las notas frutales y especiadas de una Belgian Blonde o a la delicadeza de una Kölsch. Aunque, la verdad sea dicha, son estos estilos los que demuestran la verdadera habilidad técnica de los cerveceros.

Los mismo pasa con las lager, un estilo que pasamos por alto con frecuencia porque les falta chiste, porque sus sabores no son tan intensos o simplemente porque fueron las únicas que estuvieron disponibles para el mercado mexicano durante años.

 Para tomar hoy

Las lager son buenas compañeras de alimentos ligeros, lo mismo si se trata de una Pilsner checa que de una alemana o de otras variantes como las Munich Helles, las Dormunder o las lager americanas. Pruébalas con pescados y mariscos sugeridos a lo largo de esta edición.

Pilsner Urquell. Para comenzar, prueba la cerveza que detonó el fervor por las Lager doradas. Aunque la Pilsner original ha cambiado de dueños, sigue siendo el referente del estilo y la cerveza ideal para apreciar los lúpulos Zatek –o Saaz– de la República Checa. Es una cerveza maltosa, con sabores a pan, amargor marcado y sabores a lúpulos florales y especiados. La acompañante ideal para cangrejo, camarones o langosta.

 Colimita. En casi todo el país, Colimita se ha vuelto ya un referente de las Lager hechas en México. Esta cerveza dorada, con aromas florales y cuerpo medio tiene un final seco, lo que la vuelve ideal para armonizar mariscos frescos con mayor acidez, como un ceviche o un aguachile.

 Principia Craft Lager. Aunque es una de las cervezas más nuevas de la joven cervecería de Monterrey, Craft Lager fue reconocida como la mejor cerveza mexicana en el festival Aro Rojo 2018. Mezcla una Pilsner clásica con los aromas y sabores de lúpulos de Nueva Zelanda, lo que resalta notas cítricas de lima, naranja y toronja, así como un poco de frutas tropicales. No dejes de probarla con callo de hacha, calamares empanizados o tacos de pescado.

 Loba Clandestina. No todas las lager pálidas provienen de Europa. Clandestina se describe como una Pro-Prohibition Lager, rescatando la forma de hacer cerveza en Estados Unidos antes de la prohibición del alcohol en 1920. En su receta incorporan hojuelas de maíz, resaltando las notas dulces de las maltas y dándole mayor carácter. Su amargor es moderado, sin perder su frescura. Puede acompañar bien pescados grasos como dorado o salmón o algún filete de pescado capeado.