Bacardí: cocteles para acompañar esos momentos de compartir

Hay épocas del año que invitan naturalmente a reunirse. No solo para celebrar, sino para sentarse a la mesa, servir una copa y dejar que la conversación fluya sin prisas.

En esas cenas entre amigos, brindis espontáneos, reencuentros que se alargan más de lo planeado, los cocteles se convierten en un lenguaje universal. Bacardí, con su portafolio clásico, vuelve a recordarnos que compartir no tiene que ser solemne, sino auténtico.

Con Bacardí Carta Blanca y Bacardí Añejo, la marca reafirma un mensaje sólido: menos formalidad, más conexión humana. Rones que funcionan como punto de encuentro, que se adaptan al ritmo de cada mesa y a la personalidad de quien sirve la primera ronda.



Bacardí Añejo: profundidad para conversaciones largas

En bares de la Ciudad de México, Bacardí Añejo se ha convertido en el protagonista de cocteles pensados para disfrutarse al máximo. En Bar Bijou, el ron se transforma en bebidas de carácter elegante y reconfortante, ideales para noches donde el plan es quedarse.

BACARDÍ AÑEJO | FOTO: CORTESÍA

 En Bar Sonoro, dentro de ISMO, Bacardí Añejo se presenta desde una lectura más clásica y directa.

BACARDÍ AÑEJO | FOTO: CORTESÍA

Su perfil, con notas de vainilla, caramelo y madera, invita a bajar el ritmo, a acompañar sobremesas largas y a brindar cuando la conversación ya encontró su punto más honesto.

CÓCTELES ELABORADOS CON EL PORTAFOLIO CLÁSICO DE BACARDÍ | FOTO: CORTESÍA

Bacardí Carta Blanca: frescura que une

Por otro lado, Bacardí Carta Blanca mantiene su lugar como el ron que conecta con la ligereza del encuentro. En Bar Mauro, este clásico se convierte en el aliado perfecto para un coctel innovador y preciso, pensado para compartir sin protocolos.

BACARDÍ CARTA BLANCA | FOTO: CORTESÍA

Compartir, sin reglas

A través de estas colaboraciones en CDMX, Bacardí celebra la esencia de compartir: recetas llenas de sabor, barras que se convierten en punto de encuentro y cocteles que acompañan el cierre de ciclos sin rigidez. No se trata de fechas específicas, sino de la actitud: sentarse juntos, levantar la copa y dejar que el resto suceda.

Los mejores brindis no siempre se planean. Simplemente ocurren con Bacardí en la mesa y la gente correcta alrededor.

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