Octant Festival transforma el Duero en un destino gourmet y musical

Del 24 al 26 de octubre, el Octant Festival invita a una escapada multisensorial en el valle del Duero portugués. Super chefs, vinos de ambas orillas, conciertos únicos y experiencias que conectan con el territorio.

Viñedos en terrazas, el río serpenteando abajo, luz que cambia cada hora, así es el Duero. Esas laderas de viñedos cayendo hacia el río, las curvas entre colinas que llevan ahí siglos, esa luz que cambia cada hora… Es de esos paisajes que justifican levantarse temprano o quedarse hasta que anochece solo para verlo.

Río Douro

En la localidad de Castelo de Paiva, a una una hora de distancia de los viñedos del Douro se halla el hotel Octant Douro, un destino de gran atractivo que organiza la primera edición de un atractivo festival gastronómico que propone comer bien, música en directo y un entorno que ya de por sí deja sin palabras.



Más allá de lo bonito —que lo es—, el hotel entiende su entorno. Lo diseñaron en terrazas escalonadas para que desde cualquier rincón veas el río. La piscina infinita hace ese truco de magia de parecer que te vas a caer al Duero. Y aquí va a pasar todo de todo: sugerentes cenas, conciertos al atardecer, catas impensables… Todo está ideado para para que el valle no sea solo decorado, sino parte de la experiencia.

Octant Festival propone una escapada de lujo que combina música, gastronomía y hotelería de primer nivel si se elige alojamiento.

Gastronomía sin filtros

Gastronomía sin filtros

El sábado 25 es cuando los foodies van a querer estar ahí. Seis chefs —cinco con estrella Michelin— cocinando al aire libre, junto al río. Pedro Lemos, Vasco Coelho Santos, David Jesús, Dárcio Henriques… Gente que sabe lo que hace y que ha pensado platos específicos para este sitio.

No es cocina de laboratorio. Es de la que tiene sentido: producto local, sin florituras innecesarias, con esa honestidad de quien conoce a los productores por su nombre. Cada plato cuenta algo del territorio.

Los vinos vienen de las dos orillas del Duerola portuguesa y la española—, elegidos para que funcionen con cada plato. Además hay cenas temáticas en los restaurantes del hotel, catas donde alguien te explica qué estás bebiendo y showcookings donde ves cómo se hace todo. Básicamente, un fin de semana para comer muy, muy bien, en un entorno de ensueño.

José González, bajo las estrellas

Cuando oscurezca el sábado, José González, ell maestro sueco-argentino del indie folk minimalista, tocará al aire libre. Si has escuchado su versión de “Heartbeats” o “Crosses”, ya sabes qué esperar: indie-folk minimalista, atmosférico, de esos conciertos donde nadie habla y todos están ahí, presentes. Le acompañan los portugueses Best Youth y Retimbrar.

Concierto nocturno, estrellas, el Duero fluyendo en la oscuridad. Suena mágico porque probablemente lo sea.

Si te alojas en el hotel, hay más: un concierto íntimo del pianista Máximo Francisco en un espacio pequeño del Octant (de esos conciertos donde escuchas hasta la respiración del músico), y sesiones de DJ al atardecer desde la terraza, cuando el valle se vuelve dorado y todo parece sacado de una peli.

Aprovechar el tiempo

El festival también incluye paseos en barco por el Duero con degustaciones de té o vino de Oporto —porque ir en barco siempre está de lujo—, charlas con el arqueólogo Pedro Cura sobre la historia del valle (que tiene mucha), y reflexiones del filósofo Daniel Innerarity sobre el buen vivir. Esto último suena pretencioso pero en el contexto del Duero, con una copa en la mano, probablemente funcione.

Los paquetes de fin de semana completo salen desde 3.532 euros para dos personas. (también hay un pase solo para el sábado por 285 euros) e incluyen dos noches, todas las comidas y acceso prioritario a las actividades exclusivas: catas privadas, paseos en barco, propuestas de bienestar.  Cada copa, cada canción, cada plato. Todo pensado para que te lleves el Duero contigo mucho después de volver a casa. Y funciona.

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