Rosa Ruiz 2024, el albariño que guarda la memoria de una familia

Bodegas Santiago Ruiz presenta la nueva añada de su albariño monovarietal, nacido de viejas cepas en O Rosal y elaborado con una paciencia que se traduce en elegancia, frescura y un sutil toque salino.

O Rosal, donde el Atlántico se hace vino

En pleno corazón de la subzona de O Rosal, entre brisas atlánticas y suelos bañados por casi dos mil litros de lluvia anual, crecen las viejas cepas plantadas por los antepasados de Santiago Ruiz. De ellas nace Rosa Ruiz 2024, una edición limitada de apenas 11.900 botellas que reivindica el valor del tiempo y la tradición.

Su nombre no es casual: homenajea a Rosa, hija del fundador y actual enóloga de la bodega, que ha sabido interpretar y proyectar la herencia paterna con una mirada contemporánea. Bajo su dirección, este albariño monovarietal mantiene la identidad del viñedo histórico al tiempo que incorpora matices y técnicas que elevan su elegancia y complejidad.



Un albariño versátil para todo el verano

Un vino que sabe adaptarse a cualquier momento estival, Rosa Ruiz 2024 se presenta limpio y brillante, con tonos amarillo pajizo. En nariz, despliega notas florales, cítricas y de fruta verde, envueltas en delicados matices de pastelería. En boca, es sabroso, con cuerpo y una acidez perfectamente integrada, rematada por un toque salino que parece atrapar la brisa marina de su origen. El final es largo, invitando a un nuevo sorbo.

Funciona igual de bien como aperitivo en una terraza al atardecer que en la mesa, acompañando pescados, mariscos o aves. Su acidez y frescura realzan arroces y patés, mientras que su fondo goloso y elegante permite maridajes inesperados con postres de chocolate o frutas tropicales.

Servido entre 10 y 11 ºC, despliega toda su expresividad, convirtiéndose en un compañero ideal para celebraciones, reencuentros con amigos o esos instantes de calma que invitan a disfrutar de la vida sin prisas.

El legado de Santiago Ruiz

Bodegas Santiago Ruiz es más que una bodega: es la historia de un hombre que, ya jubilado en la década de 1980, decidió dedicar su vida a crear vinos que reflejaran la esencia de su tierra. Pionero en la Denominación de Origen Rías Baixas, apostó por elaborar vinos de alta calidad con variedades autóctonas. Hoy, 40 vendimias después, su espíritu sigue vivo bajo el cuidado de Sogrape, que mantiene más de 44 hectáreas de viñedo en O Rosal.

En la gama de la bodega, Rosa es la interpretación más personal: un albariño monovarietal que recoge la sabiduría de cepas viejas y la envuelve en un estilo fresco, elegante y profundo.