Una barra solemne funge como punto de inflexión entre los de afuera y lo que hay dentro, entre transitadas calles de soneto babilónico y Londres, Cerdeña y todos los territorios conocidos por especialistas de las barras trotamundos. Aquí el mensaje es líquido.
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Ante el enorme reto que representa cimentar un proyecto gastronómico sobre una barra, en medio de una de las ciudades más influyentes en la coctelería mundial, la expertise de sus fundadores: Maura Lawrence Milia, Alex Lawrence Milia y Walter Meyenberg.
La pasión por la mixología unió los caminos de Maura y Alex en la capital del Reino Unido, donde Maura apuntaló su carrera durante una década en las entrañas de la reconocida meca coctelera The Connaught. Después de pasar su luna de miel en Mèxico, la pareja consolidó otra sólida relación en Mèxico también derivada de su amor por la cultura de la destilería y la hospitalidad asociándose con Walter Meyenberg, fundador de Hanky Panky.
Dentro de los shakers de Café Arixi se mezcla experiencia y recetas de la coctelería clásica con originalidad e ingredientes de la alacena gastronómica del país, y en la carta convergen maíz, nogada, tunas, café y tequila. En el menú líquido las creaciones de la casa preceden los tragos clásicos: French 75, Penicilina y, por supuesto, London Calling. Siguiendo una de las tendencias que marca la primera mitad de la década 2020, los mocktails también encuentran un espacio en la propuesta.
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La apuesta culinaria es un guiño al origen de Maura, enclavado entre la península itálica y las islas baleares en la región sarda Arixi.
En medio de su terraza veo caer la tarde con martini en mano, mientras los últimos rayos de luz penetran el líquido prístino de la copa con el crepúsculo refractado entre el laurel y el aceite de chiles que dan otro significado a la receta clásica. La temperatura correcta empaña el delicado cristal mientras la ginebra y el vermouth se expresan delicadamente.
El desfile culinario aterriza en la mesa con claras referencias mediterráneas: aceitunas, calamares fritos, aceite de oliva y vinagre balsámico seguidos por un ostión gigante acompañado de salicornia y un vitello tonnato – ternera con espuma de atún y alcaparras- que en los seis meses del restaurante, se ha convertido en uno de los emblemas de la carta.
Como primer plato elijo los malloreddus por ser una oda directa a Cerdeña y entre su ragú de salchicha y pecorino encuentro certezas: de grandes ingredientes, de una receta bien ejecutada y de una decisión acertada como comensal. Como segundo tiempo me decanto por un pork belly que desenvuelve sus texturas en una cocción lenta, acompañado de cebolla dulce y chirivía y para despedirme de un salón lleno de conversación y cócteles pido un tiramisú confeccionado a partir de café, queso mascarpone y cacao, otro imperdible de la casa.
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La carta de vino se disecciona entre terruños nacionales y Denominaciones de Origen italianas con algunos franceses, españoles y portugueses apenas abriéndose espacio entre viñedos del país de origen de Maura y en el que consolidó su último proyecto.
Más que una homenaje a la gastronomía de la República Italiana o al ingrediente local, Café Arixi es la historia de un delicioso código compartido entre Maura, Alex y Walter, con reglas y lógica propia.
Café Arixi
Zacatecas 87,Roma Norte, Cuauhtémoc, Ciudad de México.
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