Situado en un enclave privilegiado entre los céntricos barrios de Chamberí, Tribunal y Chueca, URSO Hotel es un edificio histórico construido en 1915 por José María Mendoza Ussía. El edificio, que en sus orígenes fue sede de la antigua compañía vizcaína Papelera Española, conserva la elegancia neoclásica con sus torreones, los chaflanes o los clásicos miradores que soportan el balcón noble. Su historia también se respira en los espacios interiores con elementos originales como el patio central, las coloridas vidrieras, los azulejos decorativos, la biblioteca, los suelos de mármol y las paredes forradas de madera.
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Los pequeños detalles de sus habitaciones las convierten en espacios de lujo únicos, como el uso de fotografías del Madrid antiguo, los prestigiosos tejidos naturales o los colchones de extrema calidad cubiertos por edredones de fibra natural. El spa, abierto al público, es un pequeño oasis de lujo y bienestar donde terapeutas ofrecen tratamientos con cosmética de Natura Bissé y Comfort Zone.
“Urso es un nombre propio masculino en su variante en español. Procede del latín Ursus o Ursu y significa ‘el oso’, y fue el oso precisamente, desde antiguo, un elemento típico de Madrid. En la Edad Media, cuando se fundó la ciudad, este animal abundaba en los montes cercanos, y existía el riesgo de encontrarse con uno por los caminos”.
Una verdadera oda a Madrid
URSO tiene personalidad propia y única, ofreciendo en cada rincón y detalle retazos del Madrid antiguo y contemporáneo.
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El diseñador Antonio Obrador ha trabajado el interiorismo con auténticos artesanos para proteger la autenticidad con trabajos de carpintería realizados por la firma Antonio Ramírez. Las telas y papeles proceden de Gancedo y de Gordon Imports, mientras que algunas piezas de mobiliario y lámparas han sido diseñadas por el propio Obrador.
El patio interior —que se ha convertido en el corazón del hotel—, y las áreas de descanso, han sido decoradas con papeles murales decorativos de Dimonah y Mehmet Iksel, quienes han recuperado murales auténticos de los siglos XVII, XVIII y XIX de todo el mundo.
Se han conservado algunos elementos originales del edificio como los azulejos que decoran la fachada, obra de Juan Ruiz de Luna, los suelos de mármol o las paredes forradas de madera.
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Coloridas vidrieras, mármol y tonos miel visten cada una de las plantas del edificio, acentuado la elegancia de principios de siglo, y las alfombras y textiles que cubren las paredes recuperan el ambiente palaciego del Madrid clásico.
Casa Felisa, El Invernadero, Lobby Bar y El Comedor Privado
Diferentes ofertas gastronómicas para distintos momentos, pero todas guiadas por un hilo conductor: Madrid. Las amenities del minibar son caramelos de violetas, patatas fritas La Madrileña, café Pozo y vermut local. Los vinos que se ofrecen por copeo en Lobby Bar son de la D. O. Vinos de Madrid; en los desayunos de El Invernadero no pueden faltar la tortilla de patatas o los churros y El Comedor Privado tiene una exclusiva colección de vajillas firmadas por Óscar de la Renta by Vista Alegre.
Pero es Casa Felisa el auténtico spot gastronómico del hotel con un menú repleto de clásicos internacionales renovados, como el steak tartar servido con torreznos o el soberbio lenguado meunière y recetas neocastizas como las lentejas estofadas con faisán y foie, los ravioli de rabo de toro y salsa de chocolate, las verdinas con rape y bogavante o el milhojas de nata y frambuesas.
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Liderando este proyecto gastronómico se encuentra Antonio del Álamo, un chef de cocina clásico con un profundo respeto por el producto de mercado y de temporada. Antonio ha elaborado un recetario con base en la calidad del producto madrileño y desmitificando el concepto de comida tradicional como algo poco refinado.
La carta de vermuts, cervezas y vinos es una alegría para los sentidos, ya que cuenta con más de 200 referencias internacionales para gustos conservadores o atrevidos.
El interiorismo también es obra del estudio Antonio Obrador, que busca evocar un ambiente castizo con un espíritu chulapo renovado.
“El concepto fine neocastizo de Casa Felisa busca elevar el recetario tradicional con producto local excelente, técnica y sofisticación. Una propuesta gastronómica a cargo de Antonio del Álamo”.
¿Dónde? Calle Mejía Lequerica, 8. Madrid
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