La yerba mate sabe como un té, pero te golpea como un café, aunque, en un sentido estricto, no es ninguna de las dos cosas. Si estás buscando energía que no provenga de un grano de café expreso, la respuesta está en esta súper bebida sudamericana hecha con hojas y ramitas remojadas de una planta autóctona con la que los latinoamericanos preparamos una bebida naturalmente estimulante desde hace siglos. El mate es una bebida base de hierbas contiene tanta cafeína como el café, es decir, unos 80 miligramos por taza.
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El mate ya se consumía en la era precolombina, cuando los guaraníes locales en Paraguay descubrieron y comenzaron a cultivar la planta Ilex paraguariensis (un miembro de la familia de los acebos), secaron las hojas y las ramitas y las infundieron en agua caliente. — y la consideraban una bebida que les ayudaba para sentirse bien. Cuando los españoles llegaron a Paraguay también comenzaron a mate y se convirtió en la principal exportación del país. Otros países sudamericanos como Brasil, Argentina y Chile también cultivaron, e incluso después de la llegada del café y otros tipos de té a América del Sur, la yerba mate siguió siendo una de las bebidas más populares de la zona.
Fuerte, amarga y vegetal, la yerba mate tiene un sabor muy distintivo que, como el café, puede requerir un período de adaptación. “Es muy expresivo, casi una experiencia eufórica”, dice Ashleigh Parsons, ex copropietaria del hospot de Los Ángeles, Alma, en The Standard, quien vivió un tiempo en Argentina. Dependiendo de cuánto consumas, dice, “la cafeína que contiene puede ayudarte a levantarte “.
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Incluso hay un ritual tradicional en torno al consumo de yerba mate que celebra esta sensación. Ese ritual se describe en el nombre yerba mate, que se traduce como “hierba de calabaza”, en referencia al recipiente tradicional para beber el té. Requiere una matera ( hecha con una calabaza seca), una bombilla (un popote especial para beber que filtra las hojas) y un termo para transportar el agua caliente. La práctica generalmente se lleva a cabo en un parque o algún tipo de lugar de reunión al aire libre. Todos se sientan en círculo y una persona, el cebador, llena la matera con las hojas hasta dos tercios de su capacidad y le agrega un poco de agua tibia para liberar los sabores. Luego, inserta la bombilla en la matera en ángulo para asegurarse de que no se tape, y llena el recipiente con agua caliente (nunca hirviendo). La matera se va pasando y todos toman un poco de la bombilla. (Consejo: nunca uses la bombilla para revolver; ¡esto se considera una falta de educación!)
Las materas y las bombillas varían mucho en apariencia y, en América del Sur, todos tienen los suyos. Tradicionalmente, las materas se hacen con calabazas de verdad, pero también se pueden hacer de cerámica o madera. Las bombillas también pueden estar hechas de varios materiales, como plata, acero inoxidable y bambú.
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Cuando el mate se bebe de manera colectiva, a manera que la matera se va pasando, se sigue llenando el recipiente con agua caliente; el sabor de la infusión se hace cada vez más intenso. Si lo amargo no es lo tuyo, siempre puedes agregar azúcar o leche a tu mate, aunque si quieres beber como lo hacen los lugareños, hay que probarlo solo. En cuanto a los maridajes, no existen reglas estrictas cuando se trata de la yerba mate, pero no es raro ver pasteles o galletas saladas junto con la bebida.
Este elaborado proceso no es la única forma en que las personas beben yerba mate. Al igual que con nuestro café de la mañana, muchos sudamericanos preparan un termo de este té de hierbas para beber durante el día para una dosis de energía.
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Aún así, según Parsons, el acto de pasar el mate en América del Sur es considerado como “un arte y una pieza de conversación”, dice ella. “Es esta bebida comunal, y todo el ritual de beberla está destinado a ser conectivo y festivo”.
El mate, por supuesto, migró a los EE. UU., y en los últimos años se ha convertido en un ingrediente popular: desde elixires para la salud hasta bebidas energéticas. Es aclamado no solo como un refuerzo de energía, sino también como un medio para perder peso, concentrarse y mejorar la digestión. Las hojas sueltas se pueden comprar en la mayoría de los supermercados especializados para hacer la bebida en casa. Y si quieres una experiencia completa, dice Parsons, puedes pedir una matera y una bombilla en línea, reunirte con algunos amigos y disfrutar de la belleza del ritual sudamericano.
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