Blancos semi secos con curry picante: si eliges vinos ligeramente dulces para acompañar comida especiada, como el pollo al curry, el vino se percibirá menos dulce y ayudará a sobrellevar los sabores picantes. Los Riesling semi secos son especialmente buenos con salsas a base de leche de coco cargadas de chile; saben como si agregaras algunas gotas de limón al curry. Busca Rieslings alemanes etiquetados como kabinett o spätlese, ligeramente dulces, o la misma variedad pero elaborada en Oregon o Australia. Otra opción: si te gustan los vinos con texturas más densas, pruebe el Chenin Blanc semi seco de como Vouvray o Savennièrres.
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Blancos complejos y secos con curry suave y cremoso: Un chardonnay afrutado, sin paso por barrica o con un paso muy breve como los estilos australianos o californianos tiene suficiente cuerpo para combinar con un pollo al curry más cremoso. Si prefieres los vinos florales y fragantes, prueba un Gewürztraminer, que huele a pétalos de rosa y frutas tropicales.


Tintos afrutados de taninos suaves con currys ligeros a base de jitomate: la jugosidad y los sabores ligeramente especiados de la Garnacha de Francia o España son geniales con las fragantes especias del curry y tienen suficiente acidez para acompañar a los jitomates. El Pinot Noir del Nuevo Mundo también puede funcionar bien.
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Kristin Donnelly es ex editora de Food & Wine y autora del The Modern Potluck (Clarkson Potter, 2016). También es cofundadora de Stewart & Claire, una línea totalmente natural de bálsamos labiales fabricados en Brooklyn.
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